lunes, 20 de marzo de 2023

Sick of myself / Syk pike (2022)***

 Dir: Kristoffer Borgli

Int: Kristine Kujath Thorp, Eirik Sæther, Fanny Vaager, Fredrik Stenberg Ditlev-Simonsen, Anders Danielsen Lie, Sarah Francesca Brænne, Ingrid Vollan, Henrik Mestad, Steinar Klouman Hallert, Andrea Bræin Hovig, Seda Witt, Terje Strømdahl, Anne Kokkinn, Erlend Mørch, Guri Hagen Glans, Nanna Lundevall, Frida Natland, Elisabeth Bech  Aschehoug, Mathilda Höög.



Una sociedad enferma de sí misma

Sick of myself o Syk pike, en su título original, nos presenta a Signe y a Thomas, una joven pareja noruega residentes en Oslo que mantiene una relación malsana y competitiva. Cuando Thomas obtiene cierta notoriedad como artista en los medios, la reacción de Signe consistirá en reinventarse a sí misma como un nuevo personaje en las redes y tratar a la desesperada de llamar la atención y suscitar la admiración y el seguimiento de las masas.

Signe (Kristine Kujath Thorp), la protagonista, en la interesante ópera prima de Kristoffer Borgli realizada en 2022, es un vivo ejemplo de hasta qué extremos están llegando muchas personas en esta sociedad de la segunda década del siglo XXI con tal de figurar y ser o hacerse famosas/os en un tiempo record. Hasta tal punto llega la obsesión por ser una persona reconocida y popular, que más de uno llega a hacer burradas que pueden poner en peligro incluso su salud y propia existencia. Todo vale con tal de ganar likes y notoriedad.  Pues está claro que no. No todo vale en la vida para triunfar. Utilizando la ironía, el cineasta noruego se vale de la historia personal de una chica que no soporta pasar desapercibida, y de su odisea individual en pos del éxito social y económico, para lograr una historia universal con una mezcla de drama y comedia negra. 


Syk pike es una “dramedia” con ese característico sello nórdico que nos están mostrando en los últimos años 
cineastas daneses, suecos y noruegos. 

Recientemente el cine nórdico ha dado títulos muy notables, como las excelentes Otra ronda (Druk, Thomas Vinterberg) y La peor persona del mundo (Joachim Trier, 2021), un filme que estuvo nominado al Óscar el año pasado, y que ya exploraba las repercusiones del egoísmo y egocentrismo que parecen caracterizar a los individuos de la generación millennial y posterior (la llamada “Z”). Generaciones obsesionadas con la repercusión de las redes sociales, más preocupadas por la notoriedad mediática y la existencia virtual, que por la propia realidad, y ávidas de conseguir para sus vidas el éxito económico y la fama en el periodo de tiempo más corto posible y al coste personal que sea.



Sick of myself se erige también, de manera indirecta, en una plataforma de crítica sobre los riesgos y el lado oscuro de esa red inabarcable, y a la que no se pueden poner límites legales, denominada Internet y que, como todo en la vida, se puede usar tanto para lo bueno como para lo malo.

La protagonista de este largometraje noruego (muy bien Kristine Kujath) soporta el peso de un papel que muestra y desgrana el proceso de bajeza moral a la que puede llegar un ser humano con tal de conseguir sus metas, transformando su bello rostro de mujer joven en un deformado y metafórico retrato, en versión femenina, de un "Dorian Gray” con el que guarda muchas similitudes. El narcisismo, la egolatría y la vanidad son tres pilares de uno de los cánceres sociales más evidentes de nuestro tiempo. En el fondo siempre han estado ahí, acompañando a la ambición humana en su tortuoso camino de autodestrucción y, de ahí, la larga tradición literaria y cinematográfica que lo ilustra, pero el cada vez mayor peso de las redes sociales en la vida de los individuos (en detrimento de una vida real y no digital), una vida falsa y sin verdaderos cimientos, basada en realidades tamizadas y virtuales, cuando no en metaversos, está teniendo ya consecuencias tan reales como terribles, provocando suicidios en jóvenes y adolescentes que no soportan un ápice de frustración, así como un incremento de la violencia y de las agresiones sexuales, grabadas y emitidas públicamente a través de alguna de estas redes.


Sick of myself es más que un triste retrato de unas generaciones educadas en el éxito rápido en lugar de 
en la cultura del esfuerzo, el tesón y la paciencia; los únicos ingredientes que han posibilitado, desde siempre, las bases para la consecución de las metas y el éxito social. 

Sick of myself contiene, además, un claro homenaje a Les yeux sans visage (Los ojos sin rostro) uno de los filmes más inquietantes y perturbadores del cine francés, que firmó, en 1960, el director galo Georges Franju, y que el cineasta manchego Pedro Almodóvar también rescató para cimentar La piel que habito (2011). 

Tantas veces se habla de que limitar Internet sería como poner “puertas al campo”, pero algo habrá que hacer para introducir códigos éticos en muchas de esas redes sociales que están resultando absolutamente dañinas y engañosas para esta sociedad y sus individuos. Una sociedad cada vez más atosigada de información y de estímulos visuales, pero cada vez más desorientada y carente de valores, principios y asideros éticos y morales para transitar por la vida. 

Kristoffer Borgli ya prepara su salto a Estados Unidos, de la mano de la productora del cineasta Ari Aster, con Dream Scenario, filme que protagonizarán Nicolas Cage y Julianne Nicholson,entre otros.

Por último, decirles que si les gustó la ya citada La peor persona del mundo, filme, a mi entender, mucho más redondo y de peso que este, Sick of myself también les va a proporcionar un buen rato de entretenimiento y, por qué no, también de reflexión, acerca de hacia dónde vamos en esta sociedad cada vez más desnortada y carente de valores.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

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