jueves, 24 de agosto de 2017

Atómica (Atomic Blonde, 2017)***

Dir: David Leitch
Int: Charlize Theron, James McAvoy, Eddie Marsan, John Goodman, Toby Jones, James Faulkner, Roland Møller, Sofia Boutella, Bill Skarsgård, Sam Hargrave, Jóhannes Haukur Jóhannesson, Til Schweiger, Barbara Sukowa 

Esta rubia es una bomba

Película refrescante y veraniega que adapta la novela gráfica The Coldest City, creada 
por el exitoso Antony Johnston y cuyo protagonista es esta “Atomic Blonde” o rubia atómica magníficamente encarnada por Charlize Theron, verdaderamente impresionante a sus cuarenta y dos años. Pocas novelas gráficas se han adaptado al cine con éxito. Quizá el referente más recordado sería Sin City, rodada en 2005 con un trío de ases: Robert Rodríguez, Quentin Tarantino y el propio Frank Miller, su creador en tinta y papel. 

La historia que nos cuenta Atómica, nos devuelve a finales de los ochenta, a los coletazos de la Guerra Fría, cuando las dos "Alemanias", la Oriental y la Occidental, estaban separadas por un terrible muro fortificado y militarizado que estaba a punto de caer. En Noviembre de 1989, mientras cae el muro de Berlín, una agente de élite llamada Lorraine Broughton, experta en lucha cuerpo a cuerpo, es enviada para recuperar una lista de alto secreto que contiene los nombres de todos los agentes encubiertos británicos que se mueven por la peligrosa zona oriental. Dicha lista ha sido robada por un agente ruso a un agente del MI6 al que ha asesinado. El contacto de Lorraine en Berlín será David Percival, un fabuloso James McAvoy al que hace no mucho pudimos ver en la piel del inquietante protagonista de Múltiple (M. Night Shyamalan, 2016). La lista de marras, ubicada en un pequeño microfilm, es lo que el maestro del suspense, Alfred Hitchcock, denominaba un “McGuffin”, y que se utiliza para hilvanar y dar sentido a la historia. Toda una maraña de agentes del KGB, MI6 y la CIA, amén de la STASI (la que fue terrible policía secreta de la Alemania Oriental) van tras la lista, y tras un agente tránsfuga alemán que posee preciada información y al que Lorraine Broughton tendrá que proteger para sacarlo fuera de Berlín. 



El filme transcurre con una acción adrenalítica y sin un segundo de aburrimiento o respiro para el espectador, por o que resulta extremadamente entretenido, con esa mezcla de atmósfera de cómic y thriller. 

Dentro del reparto, Sofía Boutella se luce en un papel de mayor entidad que el que realizó  en la reciente y penosa versión de La momia de Universal, donde no obstante hacía ya gala de su poderosa sensualidad y belleza. Las escenas entre la Theron y la Boutella hacen saltar chispas en las butacas y, les puedo asegurar, que anulan el poder del aire acondicionado de la sala durante esos instantes. El veterano John Goodman, como siempre sólido, aparece en un papel secundario que aporta un caché añadido a la película, interpretando a Emmett Kurzfeld, un jefazo de los servicios secretos. 



El director, David Leicht, casi un neófito, impactó con su primer largometraje John Wick (2014), un thriller de acción, demostrando ya su buen manejo del tempo narrativo en el género. Tras esta “Atómica”, Leicht afronta el proyecto de la segunda parte de Deadpool, prevista para 2018, continuación de la parodia de superhéroes mutantes que producirán, al alimón, los Estudios Marvel y la 20th Century Fox, y cuya primera parte recaudó, de la mano de Tim Miller, más de 780 millones de dólares. 

Con Atomic Blonde, Leicht consolida su estilo y consigue uno de los filmes de acción más entretenidos de este verano junto con Baby Driver, ya comentado en su estreno en esta  revista digital cinematográfica. 

Capítulo aparte merece la excelente banda sonora coordinada por Taylor Bates, plagada de fantásticos temas de los años ochenta, entre los cuales podemos disfrutar del “Cat People” de David Bowie (guiño a esa mujer pantera de Schrader que a su vez versionaba el clásico de Jacques Tourneur), el “Killer Queen” de Queen; “Personal Jesus” de Depeche Mode, “Londong Calling” de The Clash, “Father Figure” del malogrado George Michael. Además, temas de otros grupos míticos como Duran Duran, The Cure y claro, no podía faltar el “Atomic Blonde” de Blondie, otra rubia atómica de los escenarios en los ochenta. 

La fotografía de Jonathan Sela, con quien el director ya trabajó en su John Wick imprime una clara estética ochentera y revela una habilidad ya mostrada en Max Payne (2008, de John Moore), otro filme de estética muy afín con el cómic. 



Atómica” cuenta pues con todos los ingredientes para entretener en un filme sin aliento, con unas peleas magníficas en las que Charlize Theron muestra toda su belleza y, al mismo tiempo, peligrosidad letal. La música es también en un excelente hilo narrativo vertebrador que, especialmente, a los que nos gusta esa década a nivel musical y cinematográfico, convierten al film en un verdadero deleite. Una historia de espías repleta de adrenalina que se disfruta de principio a fin y, además, Charlize Theron vuelve a demostrar que, además de hermosa, se come la pantalla y borda cualquier tipo de papel. Eso sí, si están intentando dejar de fumar llévense un buen paquete de chicles...y es que en los ochenta se fumaba...y de qué manera...

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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