jueves, 13 de octubre de 2016

Un monstruo viene a verme (2016)**

Dir: J.A. Bayona

Int: Lewis MacDougall, Sigourney Weaver, Felicity Jones, Liam Neeson, Toby Kebbell,Geraldine Chaplin, James Melville, Garry Marriott, Joe Curtis, Kai Arnthal, Max Gabbay


Tras la separación de sus padres, Conor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (con la potente y característica voz de Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo trabajo J.A. Bayona cierra su trilogía sobre las relaciones maternofiliales, que inició con El orfanato (2007) y continuó con Lo imposible (2012). 

Estamos ante una nueva coproducción entre España y Estados Unidos. Repite, en este caso, J. A. Bayona, este joven director catalán, que parece perfectamente integrado en el sistema de producción norteamericano y al que parecen respetar algunas de sus estrellas como Liam Neeson y Sigourney Weaver, elementos que resultan muy valiosos desde el apartado de la promoción comercial, además de por sus cualidades interpretativas.



Curiosamente el peso de la película recae fundamentalmente en Lewis MacDougall, que había intervenido recientemente en Pan: Viaje a Nunca Jamás (2015), de Joe Wright, un jovencísimo actor británico y en el “Monstruo-árbol” generado por tecnología digital y efectos mecánicos más tradicionales, que por cierto son responsabilidad, casi por completo, de técnicos españoles.



La película tiene como punto de partida un guión escrito por Patrick Ness, apoyándose en su propia novela, inspirada a su vez en la idea original de Siobhan Doud (1960-2007), escritora británica de origen irlandés. 

Aún con virtudes de puesta en escena, y un estupendo trabajo de Lewis MaxDougall, la película acumula tópico, tras tópico, progresa en su trama con lentitud exasperante y ni siquiera las apariciones del monstruo logran superar la sensación de que en muchos menos minutos del metraje original (1 hora y 48 minutos) podría haberse contado la historia y toda su carga simbólica de superación por parte de este muchacho acosado por la desgracia. 

La película, sobre todo en algunos momentos de su promoción, parecía querer demostrar que superaba el ámbito del cuento pensado para niños y adolescentes. Que su dramatismo y emoción arrebataban a cualquier público. Bueno, pues nada más falso. Un monstruo viene a verme es didáctica, repetitiva, ingenua y parece pensada para un público poco o nada exigente desde el punto de vista intelectual. Vamos, un cuento bienintencionado, pero con mínimas cualidades artísticas. 

Con diferencia es el trabajo más flojo de J. A. Bayona, lejos queda de la sobriedad de El orfanato o de la espectacularidad, equilibrada con el drama, de algunas situaciones de Lo imposible.

En todo caso, J. A. Bayona parece haberse ganado la confianza de las factorías de sueños de Hollywood que parece ya le han embarcado en una secuela de Jurassic World para el año 2018. Y también parece que lo valoran como a un realizador que, con el tiempo, podría ser un sucesor digno de Steven Spielberg, que desde el punto de vista estilístico parece su más claro referente.

Roberto Sánchez.


-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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