jueves, 23 de abril de 2015

National Gallery (2014)****

Dir: Frederick Wiseman

La National Gallery de Londres, uno de los mayores museos del mundo, alberga 2.400 pinturas que abarcan desde el siglo XIII hasta fines del XIX. Casi todas las experiencias humanas se encuentran representadas en esas pinturas. En distintas galerías, se muestran al público los programas educativos y a los estudiantes, científicos y restauradores estudiando, restaurando y organizando las exposiciones de la pinacoteca londinense. También se analizan las relaciones entre pintura y literatura. Se muestra el museo en pleno funcionamiento, se siguen las reuniones de su patronato, con las tensiones que nacen de los diferentes planteamientos museísticos y se hace con una minuciosidad y calidad en el detalle que definen el estilo del veterano cineasta norteamericano Frederick Wiseman. Nacido en Boston, en 1930, su primera incursión en el documental data de 1967, y desde esa época se ha mantenido fiel a una mirada escrutadora, sensible, que siempre ha intentando profundizar en la verdad y en la belleza. Lo mejor es que a sus 85 años parece tener más vitalidad que nunca. Sus tres últimos trabajos: Crazy Horse (2011), At Berkeley (2013) y National Gallery (2014) rezuman ganas de conocer, de profundizar en las complejas realidades del célebre cabaret parisino, la prestigiosa universidad californiana o este gigantesco y espléndido museo londinense.
En 180 minutos (que transcurren como un suspiro) nos detenemos en los muchos entresijos de una institución viva, que recibe millones de visitantes, todavía hipnotizados por los creadores de imágenes más dotados desde la Edad Media  a los albores del siglo XX, justo antes de que se desarrollara el cine. Wiseman queda prendado, y nosotros también, desde el mismo punto de vista de los visitantes a su vez retratados por la cámara, de las miradas de Leonardo Da Vinci, Tiziano, Velázquez, Van Gogh,Vermeer o el Boulevard Montmartre de noche de Pissarro, "visto" por los ciegos en una de las actividades organizadas por el Museo, una apasionante experiencia condicionada por el tacto y la palabra...
La película supone una visita privilegiada, hasta las entrañas de uno de los mejores museos de pintura del mundo, un viaje en el tiempo, pero con los pies bien amarrados a la realidad. Deberían dejar llevarse por el torrente de imágenes y palabras que propone Wiseman en su personal visita a la National Gallery y disfrutar.

R. S.


-Aragonia-

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