lunes, 22 de diciembre de 2014

Mr. Turner (2014)****

Dir: Mike Leigh
Int: Timothy Spall, Jamie Thomas King, Roger Ashton-Griffiths, Robert Portal, Lasco Atkins, John Warman, Paul Jesson, Dorothy Atkinson, Marion Bailey.



Biografía sobre el pintor británico, J. M. W. Turner (1775-1851), interpretado con brillantez por Timothy Spall, uno de los actores preferidos del director británico Mike Leigh. Turner fue en su época un artista reconocido,  ilustre miembro de la Royal Academy of Arts. El guión, escrito por el propio Mike Leigh nos lo sitúa, al inicio del film, en una época de éxito artístico, pero también de un total y despreocupado naufragio familiar. Separado de su mujer, vive con su padre (Paul Jesson) y Hannah (Dorothy Atkinson), su fiel ama de llaves, personaje repulsivo y tierno al tiempo; por otro lado  característico del cine de Leigh, que adquiere con unos pocos gestos y su aspecto, jorobado y desvalido, una gran presencia en el film. Turner es amigo de aristócratas, visita burdeles, se deja llevar por sus apetitos sexuales (más bien poco sofisticados) y viaja frecuentemente en busca de imágenes que captar en su retina y llevar al lienzo. A pesar de su fama, cuando decide ir más allá  en sus experiencias en la percepción de la realidad, también termina por recibir burlas del público y el sarcasmo de la sociedad, quizás poco preparadas para las avanzadas imágenes de un pintor que, adelantado a su tiempo, fue capaz de empezar a intuir lo que el desarrollo de la tecnología y el maquinismo influirían en nuestra manera de percibir el mundo; obsesionado por captar la luz ("¡El sol es díos!", exclama, poco antes de morir), fue admirado, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, por los pintores impresionistas y expresionistas. Profundamente afectado por la muerte de su padre, decide aislarse. Su vida cambia y adquiere en los últimos años una cierta estabilidad, cuando conoce a Mrs Booth (Marion Bailey), propietaria de una pensión familiar a orillas del mar.
Estamos ante una de las mejores películas del año, y seguramente una de las más brillantes reconstrucciones de la vida de un pintor que hemos podido disfrutar en mucho tiempo. La ambientación histórica es magistral, el trabajo con la luz del director de fotografía Dick Pope es perfecto, capaz de introducirnos en la retina de Turner y describirnos los paisajes, luces, colores y contornos que apasionaron al pintor. Y lo más difícil de lograr, Leigh ha llevado a su personal mundo este biopic  (al igual que en la brillante e inquietante película Secretos y mentiras de 1996) . Lo ha convertido en un nuevo capítulo de su investigación sobre los aspectos más terribles del ser humano, escarbando, sin miedo, en nuestras más bajas pasiones y demostrando, en el caso de este personaje, que su obsesión creativa, que la capacidad para dibujar y pintar de este hijo de un humilde barbero del Covent Garden londinense, lo elevarían a uno de los lugares más elevados de la creación artística... 

RS.

-Aragonia-

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