Dir: Jim Jarmush
Int: Tilda Swinton, Tom Hiddleston, Mia Wasikowska, John Hurt, Anton Yelchin,
Slimane Dazi, Jeffrey Wright.

Adam (Tom Hiddleston) es vampiro, pero también en este siglo XXI un músico underground muy admirado que se las arregla para mantenerse alejado del mundanal ruido exterior. Parece profundamente deprimido y aletargado ante la dirección que han tomado los actos de la Humanidad, se reúne con su dura y enigmática amante, Eve (Tilda Swinton), quien no tiene reparos en reconocer su condición vampírica. Su historia de amor ha prevalecido al menos durante varios siglos, pero su idilio pronto es puesto en dificultades por la llegada de Ava (Mia Wasikowska), la salvaje e incontrolable hermana menor de aquella. En un mundo que se desmorona, en el que la poca calidad de la sangre de los humanos les obliga a conseguirla, con un mínimo de garantías, de médicos corruptos, nos encontramos con un film tremendamente irónico y culturalista. No se les ocurra escucharla en las voces de los avezados dobladores españoles que, ni en sueños, podrán aproximarse a los registros de estos vampiros que hablan un idioma matizado por los siglos y déjense llevar por la rica ironía de un Jarmush, ahora sí mucho más inspirado que en la soporífera Los límites del control (2009). Ayudan bastante ha construir los personajes y los ambientes los fragmentos musicales del laudista Josef van Wissen y de Sqürl, el grupo musical formado por el propio Jarmush, Carter Logan y Shane Stoneback, capaces de moverse con soltura entre el country y la psicodelia.
RS
-Aragonia-
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