Int: Satya Bhabha, Shahana Goswami, Rajat Kapoor, Seema Biswas
En la medianoche del 15 de agosto de 1947, el mismo día en que la India consiguió la independencia, Saleem (Satya Bhabha) y Shiva (Siddarth) nacieron en el mismo hospital de Bombay y formaron parte de la primera generación libre del país. La historia de Saleem y Shiva, intercambiados en sus cunas al nacer, tiene como trasfondo la convulsa historia de la India moderna, desde su independencia hasta los años ochenta: poderes sobrenaturales, amores prohibidos y secretos de familia se entremezclan con guerras y golpes de estado. La directora canadiense Deepa Mehta nunca ocultó sus orígenes y su filmografía lo corrobora. La India siempre es su protagonista. Ahora adapta la novela de Salman Rushdie, que además ha colaborado en la escritura del guión cinematográfico. Lo mejor y lo peor, en este caso, tienen la misma fuente: Salman Rushdie. Su capacidad metafórica, su especial sentido del humor le dan originalidad a esta historia simbólica de la India y Pakistán. Parece no haber confiado demasiado en las virtudes de la realizadora Deepa Metha, que con su trilogía "Agua" (2005), "Tierra" (1998) y "Fuego" (1996), demostró sobradamente su capacidad para narrar con mucha clase esas historias entre terribles y tiernas de su querida India. Y lo digo por el exceso de la voz en off, que quiere dejar clara el protagonismo del autor, y guionista en este caso. Con todo, los colores locales, las peculiaridades de esta nación-continente se despliegan en algunos momentos con toda la brillantez de la que es capaz Deepa Metha, fiel a algunos de los principios del cine hindú y su ya larga tradición.RS.
-Palafox-
