Dir: Magnus von Horn
Int: Victoria Carmen Sonne, Trine Dyrholm, Besir Zeciri, Joachim Fjelstrup, Søren Sætter-Lassen, Tessa Hoder, Ava Knox Martin, Thomas Kirk, Dan Jakobsen, Anna Tulestedt, Ari Alexander, Benedikte Hansen.
La crueldad humana no tiene límites.
He de confesar que hacía mucho tiempo que un filme no me zarandeaba por dentro como lo ha hecho La chica de la aguja de Magnus Von Horn. Este joven cineasta sueco se dio a conocer en 2015 con su primer largometraje Después de esto (The Hear After), un drama social en el que ya reinaba una atmósfera malsana y que, siendo su primer largometraje, ya daba muestras de lo que este joven director podía ser capaz.
No deja de resultar curioso que ahora, en la segunda década del siglo XXI, cuando suenan tambores de guerra que nos ponen los pelos de punta a unas sociedades “del bienestar” que viven y consumen “a golpe de clic” gracias a las nuevas tecnologías, películas como La chica de la aguja nos atraviesen el alma con su duro retrato de realidad. Una realidad que, en la Europa del 2025, parece que nadie quiere percibir o enfrentarse, olvidando que la historia de la humanidad está cuajada de guerras y que, por desgracia, el mundo actual no está libre de que se produzca un nuevo conflicto bélico de repercusión mundial.
Por todo ello, La chica de la aguja se convierte en un incómodo espejo del pasado (de un pasado no excesivamente lejano) en el que, como ciudadanos modernos y digitales, nos miramos sin reconocernos; olvidando también que la maldad, la avaricia y la ruindad forman parte, por desgracia, de la esencia de ese animal despiadado que normalmente denominamos “ser humano”. Un ser capaz de sobrevivir al precio que sea cuando las situaciones límite lo ponen a prueba. Y de eso trata también esta formidable filme (nominado al Oscar a mejor película y también a la Palma de oro del festival de Cannes en 2024), de las situaciones límite y de cómo afrontarlas y superarlas para sobrevivir.
Extraordinario el trabajo interpretativo de sus dos actrices protagonistas: Tryne Dyrholm y, especialmente sobrecogedor, el de Victoria Carmen Sonne, que desprende verdad, tragedia y miseria en cada plano. Dos mujeres luchadoras, enfrentadas a una misma realidad devastadora, que escogen caminos diferentes para sobrevivir.
No cabe duda de que con este trabajo, el cineasta nórdico Magnus Von Horn ha logrado coronarse como uno de los directores actuales más interesantes y con una voz propia que, a buen seguro, va a dar mucho que hablar con sus siguientes proyectos fílmicos. Cine con mayúsculas que parece reflejar el pasado pero que, en realidad, está de plena actualidad, porque lo peor y lo mejor del ser humano, está en su ADN y forma parte de su esencia y de sus profundas contradicciones. Yo, desde luego, ya estoy deseando disfrutar de su próxima película.
GONZALO J. GONZALVO
Escritor y Crítico de Cine.