viernes, 7 de octubre de 2022

Modelo 77 (2022)***

 Dir: Alberto Rodríguez

Int: Miguel Herrán, Javier Gutiérrez, Jesús Carroza, Fernando Tejero, Xavi Sáez, Catalina Sopelana, Polo Camino, Alfonso Lara, Javier Lago, Iñigo Aranburu, Iñigo de la Iglesia, Víctor Castilla, Javier Beltrán, Julián Valcárcel, Aimar Vega, José Gabriel Campos, Daniel Mantero, Marc Pujol, Carlos Bernardino, Jordi Minguella, Xesco Palacín, José Luis Rasero, Julio Vargas, Ana Cecilia Mendes.


El subgénero carcelario con genuino sello español

El director Alberto Rodríguez mostró musculo y buenas maneras, ya en 2005, con Siete vírgenes, una historia, muy en la línea del cine quinqui de los 70, ambientada en el sur de España. Con Grupo 7 (2012) y, especialmente con la estupenda La isla mínima (2014), se metió más a fondo en el terreno del thriller y el policíaco, demostrando buen ritmo, dominio visual y unas historias con potencia (de las que también fue guionista). 

Tras El hombre de las mil caras (2016), basada en la extraña vida y muerte del espía español, que se llevó 2 Goyas de 11 nominaciones, y tras diversos cortometrajes y trabajos para series de televisión, nos llega ahora a la gran pantalla Modelo 77, de nuevo con guion suyo y de su habitual colaborador en esta labor, Rafael Cobos.


Modelo 77 nos traslada a la convulsa década española de los 70 (década que vuelve a estar muy de moda 
en el cine junto con la de los 80), una etapa marcada por las revueltas sociales, las reivindicaciones políticas y, también, por una delincuencia común que llenaba hasta los topes enormes cárceles de las grandes ciudades. Una delincuencia que creó en el cine su propio subgénero dentro del thriller: El llamado “cine quinqui”. 

En esa cárcel “Modelo”, en la Barcelona de 1977, Manuel (Miguel Herrán), un joven contable, encarcelado y pendiente de juicio por cometer un desfalco, se enfrenta a una posible pena de entre diez y veinte años, un castigo desproporcionado para un delito del que además dice ser inocente. Junto a su compañero de celda, Pino (un extraordinario Javier Gutiérrez con una más que asentada carrera cinematográfica), se une a un grupo de presos comunes y políticos que se está organizando para exigir una amnistía. Se inicia entonces un “tour de force” entre presos y autoridades de la prisión por la libertad que logrará hacer tambalearse al sistema penitenciario español.


Modelo 77 no es, a mi entender, la mejor película de Rodríguez, cuya cima de calidad alcanzada de 
momento en La isla mínima, marca un listón muy alto a superar. El filme se mueve en la línea de Celda 211 (Daniel Monzón, 2009), pero aunque contiene momentos intensos, tampoco llega a alcanzar la fuerza y brillantez de ésta. A su favor juegan la buena ambientación y la atmósfera conseguida, la lograda fotografía de Alex Catalán y un elenco de actores solventes entre los que destacan las interpretaciones de Miguel Herrán, Jesús Carroza y Fernando Tejero, junto a un impecable Javier Gutiérrez, sin duda el mejor de todos.



Alberto Rodríguez se nutre de los recursos y resortes del cine carcelario, con un homenaje claro, en más 
de una secuencia, a esa obra maestra del cine francés que es La evasión / Le trou (Jacques Béquer, 1960)  para elaborar un filme de denuncia y un retrato de la convulsa sociedad de comienzos de la democracia española, con una estructura franquista todavía muy presente en las instituciones y los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. 

La amistad que puede surgir dentro de una prisión entre seres atrapados unidos por el mismo deseo de recuperar la libertad, es otro de los temas recurrentes de este subgénero, el carcelario, que Alberto Rodríguez logra transmitir con solvencia a través de la relación entre Manuel (Herrán) y Pino (Javier Gutiérrez). 

España, por fortuna, a pesar de todas las dificultades que nos rodean, ha cambiado mucho desde finales de los años 70. Más de cuatro décadas en las que ha habido una evolución política, social y tecnológica que lo han convertido en un país más cercano al modelo europeo (aunque aún con evidentes diferencias a nivel económico y salarial). Por eso, filmes como Modelo 77 deben ser visionados por todo tipo de público.


Los que vivimos esas épocas, para no olvidar, y las nuevas generaciones, para asistir, descubrir y 
asombrarse de la miseria moral, social y económica que marcaba el día a día de un país hoy irreconocible. 

Porque quien olvida su historia, está condenado a repetirla. Y eso es un riesgo que no podemos asumir en la Europa del siglo XXI, aunque, por desgracia, estemos inmersos en un proceso de peligrosa involución.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de cine.

No hay comentarios: