miércoles, 2 de mayo de 2018

Vengadores: Infinity War (2018)***

Dir: Anthony Russo y Joe Russo
Int: Robert Downey Jr., Chris Hemsworth, Benedict Cumberbatch, Chris Evans, Mark Ruffalo, Scarlett Johansson, Chris Pratt, Tom Holland, Josh Brolin, Elizabeth Olsen, Chadwick Boseman, Pom Klementieff, Terry Notary, Dave Bautista, Karen Gillan, Tessa Thompson, Zoe Saldana, Gwyneth Paltrow, Tom Hiddleston, Cobie Smulders, Paul Bettany, Sebastian Stan, Peter Dinklage, Samuel L. Jackson, Benicio del Toro, Danai Gurira, Benedict Wong, Anthony Mackie, Don Cheadle, Idris Elba, Vin Diesel, Bradley Cooper, William Hurt.

El todopoderoso Thanos (aunque muy transformado por la magia del maquillaje y el trucaje digital, detrás del personaje tenemos a Josh Brolin, capaz de aportarle unos cuantos matices) ha despertado con la promesa de arrasar con todo a su paso, portando el Guantelete del Infinito, que le confiere un poder incalculable, al ir reuniendo las diferentes gemas del infinito (que suponen controlar: poder, tiempo, alma, realidad, mente, y espacio). Los únicos capaces de pararle los pies son los Vengadores y el resto de superhéroes de la galaxia, que deberán estar dispuestos a sacrificarlo todo por un bien mayor. Capitán América (Chris Evans) e Iron Man (Robert Downey Jr.) deberán limar sus diferencias, Black Panther (Chadwick Boseman) apoyará con sus tropas desde Wakanda, Thor (Chris Hemsworth) y los Guardianes de la Galaxia (es decir: Gamora/Zoe Saldana, Star-Lord/Chris Pratt, Drax/Dave Bautista, Groot/la voz de Vin Diesel y Rocket/la voz de Bradley Cooper) e incluso Spider-Man (Tom Holland) se unirán antes de que los planes de devastación y ruina pongan fin al universo.¿Serán capaces de frenar el avance del titán del caos?




Los hermanos Russo, en la dirección y los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely, que vienen colaborando en la elaboración de Capitán América y Vengadores y en su metamorfosis cinematográfica, han construido un film mastodóntico, pero sorprendentemente ágil. Con el que han logrado varias hazañas complejas, siendo fieles a los personajes del cómic y a sus reelaboraciones. 




Siguiendo la senda de Stan Lee (que tiene, cómo no, su cameo habitual), coordinando a Jack Kirby, Joe Simon, Jim Starlin, Steve Englehart, Steve Gan, Bill Mantlo, Keith Giffen, Larry Lieber o Don Heck, entre otros muchos de los guionistas y creadores de la mayoría de los superhéroes de la factoría Marvel, los Russo (y sus guioistas) organizan un concierto con una pléyade casi infinita de personajes, que al igual que el soporte de papel, terminan por coincidir de un modo sorprendemente coherente en más de una de las aventuras . Con un impulso semejante, Marvel Studios lleva ya unos años tejiendo en el cine un tapiz de superhéroes muy parecido al de los cómics. 

En el caso que nos ocupa, la inspiración parte de La Guerra del Infinito, una serie limitada de historietas de seis números publicados por Marvel Comics en 1992. La serie fue escrita por Jim Starlin y dibujada por Ron Lim, Ian Laughlin, Al Milgrom, Jack Morelli y Christie Scheele. La historia es una secuela directa del crossover de 1991 Guantelete del Infinito, y fue seguido por Cruzada del Infinito en 1993. Lograr que ese galimatías de tramas, subtramas y personajes adquiera sentido en las 2 horas y 29 minutos del film, se antoja milagroso. Los hermanos Russo, apoyándose firmemente en los guionistas ya citados, lo han logrado.




Ayuda mucho a asimilar toda la parafernalia de situaciones, personajes, diálogos y acciones espectaculares, el sentido del humor que aporta el soberbio Robert Downey Jr., al que secundan con habilidad, Mark Ruffalo y el jovenzano Tom Holland. Hay más chistosos en el reparto, como Chris Pratt (y en general casi todo el equipo de Los Guardianes de la Galaxia), el musculoso Chris Hemsworth, y los trascendentes Dr. Strange (Benedict Cumberbatch) o Visión (Paul Bettany), con un halo a lo Shakespeare, que refuerzan estos sólidos actores  ingleses. Además, las relaciones complejas y tormentosas entre los personajes (Capitán América con Iron Man, Gamora con Thanos, etc.), el amor sin futuro pero entregado  entre Visión y La Bruja Escarlata, nos aproxima igualmente al melodrama en su más alta gama, y mejor que peor todo va encajando en un engranaje que aparentaba ser demencial, pero que termina siendo memorable en muchos sentidos. De hecho, incluso el supervillano parece tener sentimientos y ambivalencias, o, en todo caso, podemos llegar a vislumbrarlos en algunas de sus actitudes...




Mi etapa de lector de cómics Marvel quedó muy atrás en el tiempo, y siempre lamenté que durante mi adolescencia las adaptaciones al cine fueran escasas y, permítanme la expresión, "cutres de solemnidad". Ahora, en general, suelen ser bastante pueriles e infantiloides, pero la sofisticación en los trucajes digitales, y de vez en cuando la habilidad de los guionistas, han logrado hitos cinematográficos para mi atractivos y sugerentes. Al menos desde X Men (2000), de Bryan Singer, no había tenido esa sensación de contemplar un espectáculo cinematográfico Marvel con un "algo de trascendencia" y que aún durando más de dos horas transcurriera como un suspiro. Seguramente, los más jóvenes, o aquellos que han continuado consumiendo las sagas de cómics y, ahora también, sus adaptaciones cinematográficas pertinentemente seriadas, habrán disfrutado mucho y por supuesto esperaran la próxima entrega con pasión, casi tanta como la que pusieron en sus primeros pases en las salas de todo el mundo (o casi)...

Roberto Sánchez

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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