martes, 22 de mayo de 2018

El taller de escritura (L´Atelier, 2017)**

Dir: Laurent Cantet
Int: Marina Foïs, Matthieu Lucci, Florian Beaujean, Mamadou Doumbia, Mélissa Guilbert, Warda Rammach, Julien Souve, Issam Talbi, Olivier Thouret, Charlie Barde, Marie Tarabella, Youcef Agal, Marianne Esposito.

Creación literaria y suspense en un thriller de baja intensidad

Laurent Cantet es un director francés que lleva casi veinte años de trayectoria. Con su ópera prima, Recursos humanos (1999), ya se llevó el César al mejor filme revelación y algún otro premio del cine Europeo. Con su siguiente trabajo, El empleo del tiempo (2001), comenzó a consolidar una carrera en la que su preocupación por los temas sociales era ya patente, temática que tratará de forma recurrente en varios títulos más, como en la sólida y naturalista La clase (2008), película por la que se lleva la Palma de Oro de Cannes y es nominado al Oscar. La clase bien podría considerarse el origen o germen de El taller de escritura, pues en ese trabajo fílmico Cantet trata ya las dificultades de integración de un grupo de chavales conflictivos y la complejidad de impartirles educación y conocimientos. 




En L´atelier, el director francés, junto a su inseparable guionista Robin Campillo (al que ya hemos conocido como realizador en la reciente 120 pulsaciones por minuto) nos lleva hasta “La Ciotat”, una localidad del sur de Francia que, antaño, fue floreciente gracias a sus  astilleros y hoy vive sumida en una decadencia social y económica. Antoine, un muchacho rebelde y callado acude a un taller de escritura en el que un grupo de jóvenes con problemas de integración han sido seleccionados para escribir conjuntamente un thriller policíaco con la ayuda de Olivia, una famosa novelista especializada en novela negra. 



El proceso creativo hace hincapié en el pasado industrial del pueblo, un tipo de nostalgia que deja indiferente a Antoine. El joven irá teniendo sucesivos encontronazos con el grupo y con la profesora que lo imparte, muy bien encarnada por la actriz francesa Marina Foïs. 

Las historia que nos proponen Cantet y Campillo, hace una curiosa y extraña fusión entre un filme de suspense, con un ritmo excesivamente sosegado, y un filme de temática social en el que, recuperando como decía antes los cimientos de La clase, vuelve a tratar los problemas de una juventud multicultural, menos favorecida socialmente, para integrarse en una sociedad francesa con evidentes problemas de inmigración en algunas de sus zonas. El elemento más perturbador que hace que ese suspense vaya “in crescendo” (como ya he dicho, de un modo demasiado lento) está representado por Antoine, un extraño y reservado alumno también muy bien interpretado por el joven actor Matthieu Lucci. Entre éste y Olivia, se establece un duelo tácito en el que ese “toma y daca” podría terminar con unas consecuencias imprevisibles. 



Es evidente que el cine de Cantet es inteligente, y que es un buen director de actores, pero mezclar las cuestiones inherentes a la creación literaria con una trama real de suspense, aunque a priori parece (y lo es) una original idea, al apostar por ese ritmo axfixiantemente lento (con una excesiva duración de los diálogos por parte de los jóvenes, que a veces no aporta nada a la historia) hace que el público, en su mayor parte, pierda la empatía, desconecte y se aleje de los personajes e incluso de la propia historia. 

Laurent Cantet, quizás se ha pasado con esa excesiva recreación,  con una autocomplacencia propia del “cine de autor” que lastra en buena medida a la película. Un thriller de suspense ha de mantener la atención del espectador con una cierta garra y giros argumentales, de los que adolece este filme casi de la “nouvelle vague” que, a los que somos críticos y escritores, nos puede resultar interesante de un modo analítico y narrativo, pero que para la gran parte del público resulta terriblemente aburrido, máxime cuando se tienen ciertas expectativas ante un filme de ese género Noir que tan bien han manejado siempre los cineastas franceses. Una lástima porque, con un poco más de mordiente, podría haber sido una película de esas de gran nivel con las que en más de una ocasión nos obsequia el cine galo gracias a su gran elenco de actrices, actores y directores.
                 
Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia-

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