lunes, 30 de mayo de 2022

Top Gun: Maverick (2022)**

 Dir: Joseph Kosinski

Int: Tom Cruise, Miles Teller, Jennifer Connelly, Jon Hamm, Glen Powell, Ed Harris, Val Kilmer, Lewis Pullman, Charles Parnell, Bashir Salahuddin, Monica Barbaro, Jay Ellis, Danny Ramirez, Jean Louisa Kelly, Manny Jacinto, Jake Picking, Penelope Kapudija, Peter Mark Kendall, Chelsea Harris, Kara Wang, Raymond Lee, Lyliana Wray, Roberta Sparta, Jason Woods, Dana Byrne, Nancy DeMars, Mark Anthony Cox, James Quach, Tristan Henry.



El Rey del Blockbuster contra el paso del tiempo.

No cabe duda de que, Tom Cruise, además de tener un pacto con el diablo para conservar ese eterno aspecto juvenil, es desde hace tiempo el “Rey del Blockbuster”, el amo de la taquilla de los filmes de aventuras y acción que aúnan gran calidad técnica y visual con su alta comercialidad. Sagas como Misión imposible así lo corroboran. 

Meterse en el jardín de hacer una continuación de Top Gun (1986), uno de los míticos éxitos de los 80, dirigido por el especialista Tony Scott (desaparecido hace no mucho), era una empresa arriesgada, pero es que, al bueno de Tom le van el riesgo y los retos personales que no veas. 



Así que, ni corto ni perezoso y, tras dos años de retraso por la maldita pandemia, medio planeta estaba deseando volver a verlo en la cabina de un reactor a los mandos de un flamante F-18 Hornet. ¿Qué historia nos cuenta este Top Gun: Maverick

La trama argumental nos lleva a la actualidad, con un notable incremento tecnológico a nivel  militar que también se ha traducido en una sociedad civil casi digital. Tras más de 30 años de servicio como uno de los mejores aviadores de la Armada, el mítico capitán Pete "Mavericks" Mitchel (Tom Cruise) se encuentra donde siempre quiso estar, superando sus límites como piloto de pruebas de un nuevo prototipo secreto de aeronave y esquivando el ascenso de rango, que le impediría volar. Después, deberá regresar a la escuela de pilotos de “Top Gun” para entrenar a un selecto grupo de graduados de dicha academia para una misión especializada y secreta. 

Maverick se encontrará allí con el teniente Bradley Bradshaw (interpretado por el actor Miles Teller), hijo de su difunto amigo "Goose". La tensión entre ellos se unirá a la de pilotar los veloces F-18.


No obstante, el argumento de Top Gun Maverick es casi lo de menos. Estamos ante un filme de 
puro espectáculo visual y adrenalítico, donde los apartados técnicos y visuales se han cuidado al máximo, y donde la moderación de efectos digitales le aporta un realismo en las escenas de vuelo prácticamente insuperable. Si a esto unimos el cariño y la nostalgia de muchos espectadores que hoy tienen los cincuenta o más (de la quinta de un Tom Cruise aunque él parezca un eterno héroe treintañero), el éxito comercial de Top Gun Maverick está asegurado. 

¿Por qué le he dado solamente 2 estrellas sobre 5? Sé que algunos lectores y lectoras quizá me va a odiar por esto. Porque, para mí, será que soy “rara avis”, este "nuevo Top Gun” me parece muy inferior al original de Tony Scott. Un original que protagonizaba, por aquel entonces, un Tom Cruise descarado y obscenamente joven, que se convirtió en un mito del cine. 


Un filme que, a pesar de sus tópicos y defectos, derrochaba vitalidad, fuerza, humor y descaro. 

Sin embargo, en Top Gun Maverick hay un poso general de melancolía que baña el calculado ejercicio nostálgico con un halo de profunda tristeza. Ver a Val Kilmer en uno y otro filme (a pesar de que el emotivo reencuentro entre un deteriorado “Iceman” y “Maverick” es una de las pocas escenas sin acción que enternece al espectador), produce cierta pena y es como un mazazo de conciencia temporal, palpable demostración de ese inapelable y despiadado poder del dios Cronos.


No puedo poner ninguna pega a la parte visual, al entretenimiento y el espectáculo que transmite el filme. Eso Tom lo sabe hacer muy bien, y, junto a Jerry Bruckheimer, ha controlado todo el filme como productor de principio a fin. La banda sonora de Lorne Balfe, Harold Faltermeyer, Lady Gaga y Hans Zimmer, sigue siendo pieza clave, como ya lo fue en el Top Gun original, aunque aquella también me sigue pareciendo mejor que la actual.


Si revisan el Top Gun de Tony Scott, en la excelente edición que existe en Blu-Ray, desde el primer fotograma, hay un aura de mayor calidad artística que impregna todo el filme, además de sumar todas las otras de blockbuster y de cine espectáculo. En este sentido, Tony Scott (director de títulos como El ansia, Amor a quemarropa o El fuego de la venganza), le da a Joseph Kosinski cien mil vueltas. 

Vayan a ver Top Gun Maverick y, si pueden compararla con el original con imparcialidad, hagan ese ejercicio cinéfilo. Es cierto que tiempos pasados no siempre fueron mejores en todo, pero el cine hecho en los ochenta y noventa, con directores de mucho nivel, que con medios tecnológicos más limitados, nos entregó filmes insuperables. Y la frescura y juventud que entonces derrochaban muchos actores (a pesar de la envidiable forma física y aspecto de Tom Cruise), también lo es. 

Y es que, todo en la vida, tiene momentos y épocas insuperables que tan solo la memoria y los recuerdos nos permiten recuperar. Y ahí, en nuestra memoria, Top Gun seguirá siendo, sin duda, el rey de los cielos.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

martes, 17 de mayo de 2022

Red Rocket (2021)****

 Dir: Sean Baker

Int: Simon Rex, Bree Elrod, Brenda Deiss, Suzanna Son, Vickie Pearce, Ethan Darbone, Judy Hill, Shih-Ching Tsou, David Maxwell, Brittney Rodriguez, Karren Karagulian, Bashir Abboud, Kevin Cavanaugh, Caressa Garza, Marlon Lambert, Melary Jones, Najeeb Hassan, Leigh Ann Welch, Alex Michell, Curt Smith. 



Un buscavidas y una Lolita en el profundo Texas.

Comenzaré diciendo que Red Rocket y, por ende, su director, Sean Baker, me han sorprendido gratamente. Cuando comienza, no te esperas todo lo que va a suceder en este largometraje que embolsa al espectador y lo introduce en un híbrido entre comedia y drama social que tiene lugar en una ignota localidad de Texas. 

De nuevo, el profundo Estados Unidos nos sumerge y envuelve con sus colores, paisajes, aromas y sabores para contarnos la historia de Mikey Saber (Simon Rex), una estrella del porno venida a menos, inmerso ya en la cuarentena y con su carrera en decadencia. MiKey decide abandonar Los Ángeles, la meca del porno, y regresar a su lugar de origen, una pequeña población de Texas donde nació y creció, y en la que nadie lo echa de menos. Allí intentará encontrar trabajo, establecerse y forjarse una nueva vida, pero no le va a ser nada fácil. Allí, el tiempo parece haberse detenido, y él es, a su pesar, un forastero más a quien nadie importa salvo a su extraño joven vecino, y admirador, Lennie (Ethan Darbonne). 


Hay en Red Rocket ecos y aromas de diversos filmes de los 70 y 80 a los que ese mismo ámbito 
entre rural e industrial, pero decadente, envuelve a sus protagonistas y los engulle sin piedad, y me refiero a títulos como Fat City (John Houston, 1972) o The Last Picture Show (Peter Bogdanovich, 1971), curiosamente protagonizadas ambas por un joven Jeff Bridges. 


También aparece un verdadero descubrimiento que insufla poder y frescura a la trama y a la 
propia película, y me refiero a esa Lolita tejana que, desde el primer plano y la primera secuencia, deja sin respiración tanto al protagonista masculino como al espectador, una deliciosa y perversa "Strawberry", encarnada por la jovencísima Suzanna Son, personaje que supone un claro punto de inflexión tan desconcertante como enriquecedor. Esta señorita va a hacer carrera en el cine, y si no, al tiempo. 

El cineasta Sean Baker, nacido en New York en 1971, es autor de títulos tan interesantes como Tangerine (2015) o The Florida Project (2017). Hay otro título suyo que aprecio especialmente, y que tiene bastante que ver con la esencia de esta pizpireta "Strawberry", y es Starlet (2012), protagonizada por una también muy joven Dree Hemingway (biznieta del insigne escritor norteamericano de homónimo apellido). Tanto Dree como Suzanne Son, encarnan esa belleza adolescente y perversa, libre de prejuicios, auténticas bombas de relojería con piernas, para varones maduros que quedan literalmente atrapados y embelesados por esa feminidad telúrica de alto potencial destructivo. 


Suzanne Son / Strawberry rivaliza sin complejos con la inmortal Lolita (Sue Lyon), la madre de 
todas las "Lolitas", que filmó Stanley Kubrick en 1962, pero aunque comparten la misma esencia, Strawberry es una Lolita actualizada, aún más lanzada y salvaje. Hay otro título que, para mí, hasupuesto una clara referencia para Sean Baker, y me estoy refiriendo a Star 80 (Bob Fosse, 1983), protagonizada por una entonces jovencísima Mariel Hemingway (también descendiente del antes citado mítico escritor norteamericano), y que guarda muchas coincidencias con la historia de Red Rocket, aunque Star 80 sí añadiría (permítame este pequeño "spoiler") algunas alternativas a los interrogantes que deja al espectador el final abierto de Red Rocket,  que, daría, incluso, para una segunda parte, al menos en los deseos y la mente del espectador. 




En Red Rocket, Sean Baker logra otro excelente trabajo que, al igual que con Tangerine, nos acerca al cine independiente norteamericano, a un concepto de neorrealismo moderno y adaptado a este desconcertante y extraño siglo XXI. 

Gonzalo J. Gonzalvo

Escritor y crítico de Cine. 

viernes, 13 de mayo de 2022

El hombre del norte (The Northman) (2022)***

 Dir: Robert Eggers

Int: Alexander Skarsgård, Nicole Kidman, Anya Taylor-Joy, Claes Bang, Ethan Hawke, Willem Dafoe, Gustav Lindh, Oscar Novak, Björk, Ralph Ineson, Kate Dickie, Murray McArthur, Ian Gerard Whyte, Hafþór Júlíus Björnsson, Ian Whyte, Tadhg Murphy, Olwen Fouere, Ingvar Eggert Sigurdsson, Jon Campling, Eldar Skar, Phill Martin, Rebecca Ineson, Magne Osnes, Elliott Rose.



La venganza y la guerra, una lacra recurrente de la historia de la humanidad.

El concepto visual y narrativo de Robert Eggers (joven cineasta nacido en 1983 en New Hampsire, USA), le otorga un sello personal que le incluye en ese apartado de cine deautor. Con tan solo tres largometrajes, Eggers ha conseguido entrar en el Top Ten de cineastas actuales de mayor proyección. 

Hace tan solo seis años, consiguió fascinar a la crítica con La bruja (The Witch: A New-England Folktale2015), su primer largo tras haber realizado tres cortometrajes (el primero de los cuales, Hansel & Gretel (2007), ya mostraba su interés por las historias tradicionales de misterio y terror). Con La bruja consigue el premio a mejor dirección novel y mejor guion de los Independent Spirit Award y, a la vez, nos hace el regalo de mostrarnos a una deliciosa Anya Taylor-Joy que se iba a comer el mundo a nivel cinematográfico a partir de entonces.

He de confesar que La bruja me fascinó y puso la carrera de este cineasta en mi puntode mira como crítico y cinéfilo. 

Con su siguiente largometraje, El faro (The Lighthouse, 2019), Eggers confirma su genialidad creativa y estilo, pisando fuerte dentro del género fantástico con una inteligencia narrativa y una carga poética que le permiten incluso el lujo de rodar en blanco y negro, consiguiendo una fotografía por la que la película es nominada al Oscar y los BAFTA. El faro refuerza esa atmósfera opresiva y sucia con la que Eggers exprime y acogota al espectador sin necesidad de grandes efectos especiales ni alardes digitales (como ya ocurría con La bruja).



El hombre del norte, con un presupuesto de 60 millones de dólares, se erige en una 
superproducción que, a pesar de que el cine de Eggers no se caracteriza por su comercialidad, ya está a punto de recuperar en taquilla a poco más de dos semanas de suestreno mundial. Rodada en Islandia con maestría en inglés y nórdico antiguo, nos traslada al siglo X para narrar una tremenda historia de venganza protagonizada por Amleth (un perfecto y salvaje guerrero vikingo encarnado por Alexander Skarsgârd), después de ser testigo del brutal asesinato de su padre, el rey Aurvandil War-Raven (interpretado por un siempre sólido Ethan Hawke) y el rapto de su madre, la reina Gudrún (una malvada Nicole Kidman). Alimentado por el odio, la venganza de Amleth se gestará entre terribles combates, escenarios naturales de gran belleza y una atmósfera nebulosa y pesadillesca que nos introduce de lleno en una aventura épica bañada en sangre y golpes de espada, donde los augurios, las tradiciones y la magia nos remiten también a ese subgénero de “Espada y Brujería” que tanto dio de sí en los ochenta gracias a títulos como la saga de ConanExcalibur, Krull o Willow.




Robert Eggers, se mueve más en la línea de los planteamientos de Juego de tronos,  dándole a El hombre del norte una alta dósis de violencia que será incluso incómoda para algunos espectadores, aunque Eggers se vale de ella para lograr un espectáculo visual de primer orden, apoyado por una estupenda fotografía de Jarin Blaschke (uno de sus habituales) y por una partitura de Robin Carolan y Sebastian Gainsborough que, juntas, hacen del filme una experiencia hipnótica e inmersiva para el espectador, apoyado todo ello por el sonido Dolby Atmos que también resulta espectacular.



Quizá, El hombre del norte no sea la mejor película de Eggers, que sin duda ha sacrificado algo de ese sello personal de cineasta a la búsqueda de una mayor comercialidad (curioso que la excéntrica cantante y actriz Björk haya accedido a volver a aparecer en un filme desde hace más de veinte años, cuando en el 2000 afirmó que no volvería a actuar en una pantalla tras su Bailar en la oscuridad de Lars Von Trier), intentando alcanzar un equilibrio que, personalmente, creo que ha logrado. Hay que entender que es un enfoque y concepto de cine espectáculo distinto al de La bruja, que costó cuatro millones de dólares (al igual que El faro).

The Northman, a pesar de haber entrado en el “Valhalla” de Hollywood (la pela es la pela), confirma a Robert Eggers como un cineasta actual muy interesante, con un estilo visual y creativo de una maestría incontestable que, sin duda, supuso desde sus brillantes comienzos, una revolución en el género fantástico. Habrá que estar muy atentos a su próximo proyecto, del que aún nada se sabe.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine.

martes, 10 de mayo de 2022

X (2022)****

 Dir: Ti West. 

Int: Jenna Ortega, Brittany Snow, Mia Goth, Kid Cudi, Martin Henderson, Owen Campbell, Stephen Ure, Geoff Dolan. 


X: Un homenaje al cine de terror slasher de los 70 

Desde el primer fotograma, X nos muestra una textura, un color y una fotografía que nos sumerge en el cine de los setenta, mostrando al espectador y aficionado al género una franca declaración de intenciones. De este modo, la mente del cinéfilo amante del terror setentero, vuela a velocidad de vértigo y fagocita cada plano, cada secuencia, rememorando grandes slashers de los 70, especialmente La matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974) o Viernes 13 (Sean S, Cunningham, 1980), aunque también hay guiños a otros títulos como Trampa mortal (Eaten Alive, Tobe Hopper, 1976).


Bajo esta declaración de amor y admiración a un cine de terror (especialmente el de 
Hooper), que rompió moldes y marcó toda una tendencia que ha sobrevivido durante décadas, X , enmarcada en 1979, nos narra la historia de un grupo de jóvenes que, subidos a la típica furgoneta setentera, viajan hasta una remota granja en una zona rural de Texas para rodar, de tapadillo, una película para adultos. Cuando los dueños del lugar, una solitaria pareja de ancianos, descubren sus intenciones, el rodaje se les va a complicar un poquito más de los que ellos pensaban.


De nuevo, la América profunda de los EEUU nos muestra su cara más oculta y descarnada, 
totalmente alejada de los escenarios urbanos, y donde la naturaleza, con toda su ferocidad y carencia de escrúpulos morales, se mimetiza y alía con los personajes para mostrarnos su lado más oscuro y salvaje. 

Hay en X, no sólo cine de género estupendamente resuelto y ejecutado, sino también una serie de temas (e incluso crítica social al sueño americano y la búsqueda del dinero y el triunfo a cualquier precio) que se desgranan durante todo el metraje.



X contiene escenas realmente potentes e incluso incómodas para espectadores que no estén muy curtidos en el slasher, utilizando también temáticamente (como recientemente hizo también con brillantez el cineasta español Paco Plaza con La abuela) la cuestión del envejecimiento y la decrepitud humana, como un elemento terrorífico y de inquietud que refuerza la película con escenas de gran impacto visual.


Con un reparto bien elegido, destacan especialmente la joven Mia Goth, actriz y modelo 
británica que, tras intervenir en diversas series de televisión como Walander (2008), es fichada por el cineasta danés Lars Von Trier para su Nymphomaniac 2 (2013). Después destacará en filmes como Emma (Autumn de Wilde, 2020) o El diablo a todas horas (Antonio Campos, 2020), y actualmente tiene por delante una carrera meteórica con varios títulos en rodaje como Pearl (también a las órdenes de Ti West), Infinity PoolSweet Dreams. Buen trabajo, también, el del veterano actor secundario australiano Stephen Ure que, bajo una buena capa de maquillaje, da vida a Howard, el anciano y arisco propietario de la granja.



La belleza carnal y perversa de Mia Goth (Maxine) atrapa al espectador en cada plano, convirtiéndola, por derecho propio, en una de las nuevas reinas del slasher del siglo XXI en una X que contiene pátina más que suficiente para erigirse, de inmediato, en un clásico inmediato del género. 

Si son amantes del cine de terror, en especial de todas aquellas películas de los setenta y ochenta que tanto nos hicieron disfrutar y pasar miedo en las salas de cine, no se pierdan X. Toda una demostración de admiración y cariño por parte de su director y guionista, un Ti West que, a buen seguro, nos va a entregar al aficionado al género futuros e interesantes trabajos.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine.

viernes, 6 de mayo de 2022

Alcarràs (2022)****

 Dir: Carla Simón

Int: Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós, Berta Pipó.



Ya en Verano 1993 (2017), el primer largometraje de la barcelonesa Carla Simón, demostró que estábamos ante una cineasta magnífica. No sólo era competente en su modo de contarnos, también demostraba tener una sensibilidad especial para captar el lado más poético de situaciones duras, y además relacionadas con algunos episodios de su propia infancia.


En esa película demostró igualmente que podía obtener un gran rendimiento de actores 
(profesionales o no, daba igual) y que trabajaba con eficiencia con los niños (que siempre son un arma de doble filo).



En Alcarràs, nos invita a conocer de primera mano, un entorno rural, en este caso en trance de desaparición y lo hace, de nuevo, con una mirada cargada de realismo, pero refugiándose en la belleza del paisaje rural y de sus gentes. Con la extraña habilidad, de no hurtarnos ciertas "sombras" que a todos nos envuelven..., y nos permiten comprobar que la vida rural tiene muy poco de cuento de hadas, pero hay que afrontarla y vivirla..., para descubrir que todavía hay mucha verdad en ella...y que deberíamos conocerla mejor...



Carla Simón y Arnau Vilaró, su habitual colaborador en el guion, y el espléndido trabajo de la boliviana Daniela Cajías (ganadora de un Premio Goya por Las niñas de Pilar Palomero) nos permiten entrar de lleno en la vida de la familia Solé que durante generaciones ha cultivado una gran extensión de melocotoneros en Alcarràs, una pequeña localidad rural de Cataluña. Pero este verano, después de ochenta años cultivando la misma tierra, puede que sea su última cosecha. La amenaza, más que inminente, es un nuevo cultivo de artilugios tecnológicos que igualmente plantados sobre la tierra extraerán directamente la energía del "Dios Sol", pero arrasando a nuestros hermanos, los árboles frutales..., y quizás terminarán con una vieja hermandad y equilibrio...





Por cierto, al contrario que al reconocido e insigne crítico, Carlos Boyero, a mi, sí me emociona...

Roberto Sánchez

martes, 3 de mayo de 2022

Arde Notre Dame (2022)***

Dir: Jean-Jacques Annaud 

Int: Élodie Navarre, Chloé Jouannet, Jesuthasan Antonythasan, Kevin Garnichat, Samuel  Labarthe, Jeremie Laheurte, Maximilien Seweryn, Daniel Horn, Vassili Schneider, Sebastien Lalanne, Ava Baya, Jules Sadoughi, Tony Le Bacq, Jean-Paul Bordes, Nathan Gruffy, Loic Djani, Pierre Lottin, Michaël Estarque, Reshny Massaka, Billel Sakhri.



Ardió Notre-Dame y el corazón de París se congeló

A mitad de camino entre el thriller dramático y el documental (se vale para ello de un ensamblaje de imágenes reales con filmadas), la película recrea el incendio que sufrió laCatedral de Notre-Dame de París en abril de 2019. El terrible y agresivo incendio provocó que su emblemática aguja (construida entre los siglos XII y XIV), así como la cubierta de la catedral gótica de la capital francesa colapsaran y se derrumbaran tan solo una hora después de declararse el incendio. Una construcción mítica, pues la primera piedra de lacatedral se colocó en 1163 y, desde que se terminó, Notre-Dame ha sido símbolo del catolicismo francés, del skyline parisino y uno de los monumentos más visitados del mundo con millones de visitantes al año.



No cabe duda de que al cineasta galo Jean-Jacques Annaud le sobra oficio a la hora de dirigir, y lo demostrado a lo largo de una ya dilatada filmografía. Trabajos y títulos como En busca del fuego (1981), la ya mítica El nombre de la Rosa (1986), basada en la novela de Humberto Eco; la emotiva El oso (1988) o la extraordinaria Enemigo a las puertas (2001), le confirman como uno de los realizadores europeos más importantes e interesantes del panorama audiovisual.



Arde Notre-Dame, como definí al comienzo de este artículo, mantiene un ritmo que la emparenta con el thriller de acción, en el que vemos, sobre todo, al cuerpo de los valerosos bomberos parisinos, protagonizar escenas que ponen los pelos de punta. Por otro lado, es un drama, un drama social que trasciende al que sería también un drama religioso para los parisinos creyentes, pues Notre-Dame es más que una catedral, es un símbolo de Paris, como también lo es la Tour Eiffel, símbolos que la identifican y la dan a conocer en todo el mundo con un solo plano de dichos monumentos. 



Considero que es un filme que, en general, no está siendo suficientemente valorado (quizá por esa parte de carácter documental que conlleva su temática), puesto que el ritmo, la escenografía, la dirección artística y los efectos especiales están cuidados al máximo y, sin duda, Annaud sabe en todo momento lo que se hace.



El reparto y los personajes humanos, no obstante, quedan en un segundo plano bastante anónimo, siendo la propia catedral el personaje protagonista que cobra vida propia y se humaniza con brillantez, gracias al trabajo de Annaud, que usa su estructura quejosa y llameante y sus ominosas gárgolas escupiendo fuego y plomo derretido como elementos visuales de gran impacto.



 Arde Notre Dame logra incluso emocionar en algunas secuencias, como la del rescate de la corona de espinas de Jesucristo (la principal reliquia que se conservaba en la catedral en el momento del incendio). Las lágrimas en los rostros de los parisinos, elevando plegarias desde los puentes y las calles cercanas. Los rostros agotados y ennegrecidos de los bomberos de París que, literalmente, se jugaron la vida para apagarlo y extraer de su interior las numerosas obras de arte que albergaba la antiquísima catedral. 

No falta por parte de Jean-Jacques Annaud una dura crítica a la cadena de despropósitos, dejadez y errores que lograron que el incendio prosperase y se extendiera a velocidad de vértigo. Por todo ello, Arde Notre-Dame es un testimonio y una denuncia sobre algo que nunca debería haber ocurrido, como el desastre del tristemente famoso Titanic (que llevado al cine en 1997 por James Cameron se llevó nada menos que 11 Oscars). Es un retrato de las consecuencias que pueden provocar las equivocaciones y los fallos humanos que, al igual que está ocurriendo con el cambio climático, llegará un momento en que nos estallaran en la cara y no podrán revertirse. 

Teniendo en cuenta todo esto y, que tras las cámaras está un peso pesado como Jean-Jacques Annaud, considero que Arde Notre-Dame merece una visita a las salas para disfrutarla en todo su esplendor y dramatismo en una gran pantalla, como grande es y será siempre la vieja catedral, emblema de la igualmente milenaria “Ville Lumière”.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

II EDICIÓN DEL SARAQUSTA FILM FESTIVAL


 

Esta segunda edición del Saraqusta Film Festival (Festival internacional de Zaragoza de Cine y Series relacionada con la historia), que tuvo lugar del 24 al 30 de abril en nuestra ciudad, ha dado bastante de sí y, respecto al año anterior, se nota que el público, quizá por la creciente vuelta a la “normalidad”, ha acudido con más frecuencia a las proyecciones, con el elegante Cine Cervantes como marco de gala para los largometrajes de ficción. 


Entre éstos (aunque el festival ha contado también con proyección de 
documentales y series de índole histórica), destaco, como ya fui avanzando en mi crónica diaria en redes, la sensacional Maigret (Patrice Leconte, 2022) que nos ha permitido descubrir a la hermosa y extraordinaria actriz Jade Labeste, que asistió en persona al preestreno de la película. Un noir ambientado en la segunda posguerra mundial con un Gérad Dépardieu contenido y huraño, que borda el papel encarnando a un comisario Maigret envejecido y desencantado de la vida. El segundo largo que destaco es Mr. Wain (The Electrical Life of Louis Wain, 2021), con guion y dirección de Will Sharpe y con un extraordinario Benedict Cumberbatch, que, a la postre, se ha alzado con el galardón del Dragón de Oro a la Mejor Película del Festival.


Les Sandales Blanches (Christian Faure, 2021), es un filme concebido para la televisión, que también me ha llegado, especialmente por el gran trabajo interpretativo de la cantante y actriz Amel Bent (Amel Bachir), que se ha llevado el galardón a la Mejor Actriz del Festival. 




Mr. Wain (Reino Unido), Les Sandales Blanches (Francia), Pucnji u Marseju  (Balas sobre Marsella, Gordan Matic, 2021) (Serbia), 1618 (Luis Ismael, 2021) (Portugal) y Maigret (Francia) han sido los cinco largometrajes candidatos a alzarse con el Dragón de Oro de la segunda edición de Saraqusta Film Festival. 

En la categoría de documentales, han competido, la española Sonic Fantasy (Marcos Cabotá, 2022), la vietnamita La madre (Doan Hong Le, 2021), la norteamericana Little Satchmo (John Alexander, 2021), la belga Dr. Biermans (Olivier Vandersleyen, 2021) y la hispano-argentina El Káiser de la Atlántida (Sebastián Alfie, 2022), que se llevó el Premio al mejor largometraje documental. 

A estos galardones se suma el Premio Saraqusta, que reconoce trabajos profesionales relacionados con el audiovisual histórico. Esta edición ha recaído en tres personas del sector cinematográfico: la actriz Nadia de Santiago, conocida por papeles de corte histórico en producciones como Las 13 rosas (Emilio Martínez Lázaro, 2007), las series Amar en tiempos revueltos (2005-..., creada por Josep Maria Benet i Jornet, Antonio Onetti y Rodolf Sirera) o Las chicas del cable (2017-2020, creada por Ramón Campos, Gema R. Neira y Teresa Fernández-Valdés; el director Agustí Villaronga, que ha llevado a la gran pantalla historias ambientadas durante la la Guerra Civil Española como Incierta gloria (2017) o durante la posguerra en la Cataluña rural en Pa negre (2010). También se premió al prolífico productor Andrés Vicente Gómez, ganador de un Oscar por Belle Époque (Fernando Trueba, 1992).



Aunque es cierto que hay un evidente trasfondo histórico en historias tan diversas como 1618, Les Sandales Blanches o Maigret, en el Saraqusta Film Festival se han tomado ciertas licencias para no quedarse circunscritos de un modo rígido a filmes de carácter exclusivamente histórico, lo que limitaría mucho su contenido debido a la limitada producción de este tipo de subgénero (que entronca también con el cine de aventuras y de trasfondo político y social). 



Estaremos expectantes ante una Tercera Edición en el venidero 2023 (esperemos ya que con una total normalidad y sin restricciones), que supondrá un peldaño muy importante en cuanto a la consolidación de un certamen cinematográfico que despierta cada vez un mayor interés en público y crítica.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine