sábado, 21 de abril de 2018

La muerte de Stalin (2017)***

Dir: Armando Iannucci
Int: Steve Buscemi, Olga Kurylenko, Andrea Riseborough, Jason Isaacs, Paddy Considine, Jeffrey Tambor, Michael Palin, Rupert Friend, Simon Russell Beale, Paul Whitehouse, Dermot Crowley.

La noche del 2 de marzo de 1953 murió Josef Stalin (interpretado, con una cierta brevedad por exigencias del guion, por Adrian McLoughlin), dictador, tirano, carnicero y Secretario General de la URSS. Lo que significa que se iniciaba una cruenta lucha por el poder y el control del Soviet Supremo. Los más próximos al tirano, sabían que si jugaban bien tus cartas, el puesto podía ser suyo.

El guion está firmado por Armando Iannucci, David Schneider y Ian Martin, se aprovecha del guion original de Fabien Nury para la novela gráfica del mismo título, obra de los franceses Nury y Thierry Robin. 


Estamos ante una eficiente sátira, muy "british" sobre los días previos al funeral del padre de la nación. Dos jornadas de duras peleas por el poder absoluto a través de manipulaciones, lujurias y traiciones.



Armando Iannucci nació en Glasgow en 1963 y aunque están claros sus orígenes, es un realizador que puede encuadrarse sin problemas entre los mejores de la sátira británica. Se graduó en Literatura inglesa por la Universidad de Oxford, trabajó en programas humorísticos de radio en la BBC Radio 4, en la televisión protagonizó The Armando Iannucci Shows (2001), creó la comedia de situación The Thick of It, en 2005, que fue exhibida hasta 2012, participó como guionista y director en la serie Veep (2012-2015), y en el cine su primer largometraje fue In the Loop (2009), en la que eran objeto de eficiente y severa sátira sus compatriotas y los Estados Unidos.



No debemos incluir este film (¿o sí?) en el actual y beligerante conflicto entre Reino Unido y Rusia, pero hay que reconocer que los guionistas han afilado sus garras convenientemente. Se nota (y mucho) que el tratamiento visual le debe mucho al cómic citado y la elección de intérpretes no ha hecho otra cosa que potenciar ese lado burlesco, pero aplicando sin restricciones la regla del ataque sin resquicios a comportamientos tan deplorables como las de estos personajes ávidos de poder, capaces de todo tipo de vilezas. No tienen desperdicio el personaje de Nikita Khrushchev (interpretado con su habitual eficiencia por el norteamericano Steve Buscemi), o el manipulable Vyacheslav Molotov (Michael Palin, superviviente de los recordados y añorados Monty Python), o el del responsable de comunicación Andreyev (Paddy Considine) que demuestra hasta donde puede llegar el servilismo de los periodistas al servicio del poder, al servicio de los intereses de los que "mandan".



Si creen que el cine debe servir para la sátira histórico-política, si creen que puede ser un vehículo oportuno para criticar los desvíos de los sistemas políticos, para denunciar y perseguir las posturas autoritarias, esta es su película. 

Ya le queda muy poco tiempo en la cartelera de Zaragoza, así que si quieren disfrutarla en salas, tendrán que apurarse...

Roberto Sánchez

-Aragonia, Palafox-

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