jueves, 12 de septiembre de 2019

Viento de libertad (Ballon, 2018)***

Dir: Michael Herbig
Int: Friedrich Mücke, Karoline Schuch, David Kross, Alicia von Rittberg, Thomas Kretschmann, Jonas Holdenrieder, Tilman Döbler, Christian Näthe, Till Patz, Ben Teichmann, Ronald Kukulie, Emily Kusche.

Volando en busca de la libertad  

Actor, guionista, productor, director e, incluso, compositor, el prolífico Michael Herbig, nacido en Munich en 1968, es quien firma este trabajo fílmico. Ballon nos narra la dura peripecia de dos familias que, en los años 80, se unen para hacer realidad un sueño de libertad. Para ello, intentarán pasar a la Alemania Occidental desde la Deutsche Demokratische Republik (la Alemania comunista, DDR o RDA, en español) mediante la construcción casera de un globo aerostático. Todo esto sucede antes de la caída del famoso muro, cuando Alemania estaba dividida en dos bloques y, en el oriental, cuya capital era Berlín, la Stasi, órgano de inteligencia y policía política de la RDAsometía a un férreo control a todos sus habitantes, convirtiendo a estos en una prolongación de esa represión política y social, pues tenían obligación de denunciar cualquier comportamiento ”sospechoso” que observasen, incluso en sus amigos o vecinos.



En este clima de tensión social y política transcurre toda esta historia, impregnada por esa atmósfera gris que acompañaba a la época de la llamada Guerra Fría, cuando el mundo estaba dividido en bloques, y que dio lugar a estupendas películas y thrillers de espionaje de los que bebe y homenajea Viento de libertad. Dentro de estas referencias y, buceando en la historia del cine, encontraremos títulos como: Funeral en Berlín (Guy Hamilton, 1966) o El espía que surgió del frío (Martin Ritt, 1965). También hay que recordar la magnífica El cielo sobre Berlín (Win Wenders, 1987), Palma de Oro en Cannes. El mago del suspense, Alfred Hitchcock, supo explotar con maestría la tensión y la huida de una pareja hacia el lado occidental de la dividida Alemania en la excelente Cortina rasgada (Torn Courtain, 1966). 





A caballo entre el drama, el thriller y el suspense, y con referencias y guiños al cine de espías y de guerra fría se mueve esta Ballon, basculando entre géneros y con una tensión y ritmo narrativo desasosegante. Los "malos" y sus colaboradores, ciudadanos que parecen carecer de sentimientos hacia sus semejantes, me han recordado también a los ciudadanos duplicados por las extrañas vainas extraterrestres de La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), de Don Siegel, una obra maestra de la ciencia ficción con evidentes guiños a la paranoia anti-comunista de los años 50 promovida en EE.UU por el senador Joseph McCarthy, que se movía entre el cine negro y el terror con brillantez. 



Michael Herbig carga las tintas en retratar a los “malos” usando todas estas referencias, mientras las familias que pretenden huir hacia la libertad, quedan algo más desdibujadas en cuanto a la fuerza y descripción de los personajes, lo que lastra algo la historia. El militar de la Stasi que les persigue como un perro de presa resulta, sin embargo, un malvado descrito con gran fuerza y precisión, aunque él solo intenta cumplir con su trabajo. 

Ténicamente impecable y con una buena fotografía (no en vano el propio Herbig estudió en 
sus inicios fotografía de un modo profesional y eso parece haber influido en su buena 
concepción visual) a cargo de Torsten Breuer, Viento de libertad nos devuelve a esa época de la Guerra Fría, en las que ahora nos parece mentira que hubiese un muro para separar a los ciudadanos alemanes, en pleno corazón de Alemania y de Europa. Muchos arriesgaron la vida (y muchos la perdieron entre las alambradas y las ametralladoras) intentando pasar de un lado al otro. Esta y otras muchas películas nos recuerdan (y nunca debemos olvidarlo), que la libertad es frágil, que siempre tiene un precio, y que siempre hay fuerzas que la amenazan e intentan controlar la vida de los ciudadanos de un modo asfixiante. En este punto, no puedo olvidar otra producción alemana, la extraordinaria La vida de los otros (Florian Henckel Von Donnersmarck, 2006), quizá la referencia fílmica de las dos últimas décadas sobre este tema. 

Lo dicho, no hay que olvidar nunca las tiranías, las guerras, ya sean frías o calientes. Todas ellas son destructivas de lo físico, de lo emocional y de los derechos humanos. Y, la libertad, siempre resulta damnificada en cualquier conflicto. Quizá, en el fondo, sea algo quimérico, un sueño a alcanzar que nunca llega a ser lo completo que deseamos. En un mundo cada vez más tecnológico, el control de los ciudadanos es ya digital, silencioso y a distancia. Y quizá, en esta guerra fría digital, lo peor esté aún por llegar.

GONZALO J. GONZALVO

-Aragonia-

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