martes, 25 de enero de 2022

El callejón de las almas perdidas (2021)****

 Dir: Guillermo del Toro 

Int: Bradley Cooper, Rooney Mara, Cate Blanchett, Toni Collette, Willem Dafoe, David Strathairn, Richard Jenkins, Mark Povinelli, Ron Perlman, Holt McCallany, Jim Beaver, Mary Steenburgen, Tim Blake Nelson, Paul Anderson, Lara Jean Chorostecki, Clifton Collins Jr., David Hewlett, Dian Bachar.



Cuando el ser humano es la bestia más despiadada.     

En esta era pandémica y de remakes, el mexicano Guillermo del Toro se permite, nada más y nada menos, que realizar una nueva versión del original de 1947 El callejón de las almas perdidas (Nighmare Alley), dirigido por Edmund Goulding, a la sazón, director también de obras maestras como Al filo de la navaja (1946), Amarga victoria (1939) o La solterona (1939). 


El callejón de las almas perdidas adapta, a su vez, la novela  original de William Lindsay Gresham. En este 
arriesgado remake, Del Toro se nutre de varios títulos anteriores como indudables referencias (además del clásico de Goulding), y me refiero, principalmente, a dos obras maestras en blanco y negro: Freaks (Tod Browning, 1932), conocida en España como La parada de los monstruos, y El hombre elefante (David Lynch, 1980). Dos referencias que hacen de este último trabajo del cineasta mexicano un filme híbrido que se mueve con soltura entre dos géneros: el fantástico y el negro. 


Con esta mezcla de géneros, Del Toro construye una perfecta fábula sobre la ambición y la crueldad humana 
(también hay guiños al avance del nazismo), donde no podía faltar la "Femme fatale", encarnada en esta ocasión por la psicóloga Lilith Ritter (el nombre le va al pelo) a la que interpreta con solidez y desparpajo una morbosa y peligrosa Kate Blanchett. 




Con un guion escrito por Del Toro en colaboración con Kim Morgan, reviven los mismos personajes del extraño y curioso filme de 1947. El cineasta mexicano se nutre de un excelente reparto de protagonistas y secundarios, entre los que me han gustado especialmente, la siempre maravillosa Toni Collette (como la pitonisa Zeena Krumbein), la ya citada Blanchett y un extraordinario Willem Dafoe, aunque cumplen bien en su papel tanto Bradley Cooper (Stanton Carlisle) como Rooney Mara (encarna a Molly, "La mujer eléctrica"). El  estupendo elenco de secundarios contribuye a la brillantez del filme, destacando entre ellos los veteranos David Strathairn, Ron Perlman, Richard Jenkins (el magnate) y Mary Steenburger. 




Del Toro divide claramente la película en dos partes, la primera ambientada en la feria y la segunda, la que se desarrolla fuera de ella. Tengo que reconocer que el estilo algo recargado y colorista de este cineasta mexicano no me cansa. Me gustan su estética, su ambientación y toda esa aura de cuento de hadas malsano que tan bien ha sabido explotar en obras como El laberinto del fauno (2006) o La cumbre escarlata (2015). Del Toro consigue plasmar en celuloide cuentos para adultos que nos introducen en mundos de pesadilla con un estilo muy reconocible que se desliza hacia el género fantástico. En esta ocasión, el ambiente de las ferias de atracciones de la primera mitad del siglo XX, es el marco para presentarnos a un hermético y extraño Stanton Carlisle (Cooper), que llega a una feria ambulante dirigida por Clem, un ambicioso tipo sin escrúpulos encarnado por un extraordinario Willem Dafoe, actor que se luce especialmente en personajes oscuros y depravados. Stanton se irá abriendo paso con esa misma ambición desmedida hasta dar el salto a una gran carrera como mentalista con la ayuda de Molly (Rooney Mara). 




Al igual que ocurría en El hombre elefante (1980) de David Lynch, también aquí los verdaderos monstruos son los que se ríen, humillan y se lucran a costa del monstruo de feria. Y, la sombra del "engendro", principal atracción "humana" de la feria dirigida por el despiadado Clem (Dafoe), planea y vertebra toda la historia, cuyas enseñanzas éticas y morales de fábula siniestra nos recuerda también al cine de Tim Burton. 

En una época en la que la humanidad avanza, a trancas y barrancas, sumida en una tristeza y desolación pandémica, Guillermo del Toro, con inteligencia, arte y buena técnica, ha sabido ambientar, en la también oscura época del comienzo de la segunda guerra mundial, un cuento gótico con sólidos pilares del más puro y castizo "noir". Un muy digno remake del clásico de 1947, al que no logra superar, salvo por los indudables avances tecnológicos en efectos especiales del siglo XXI. 

Guillermo del Toro vuelve a firmar una película muy notable, con esa atmósfera magnética tan propia de su cine que sabe sumergirnos, como nadie, en un mundo de pesadilla...Y es que, a veces, las pesadillas pueden ser muy reales, como nos demuestra la época actual, en la que los límites entre la realidad y una pesadilla distópica pueden ser muy difusos.

GONZALO J. GONZALVO 

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