viernes, 25 de abril de 2014

El viento se levanta (Kaze tachinu, 2013)***

Dir: Hayao Miyazaki



Jiro, que sueña con volar y diseñar hermosos aviones, se inspira en el famoso diseñador aeronáutico italiano Gianni Caproni. Corto de vista desde niño y por ello incapaz de volar, se une a la división aeronáutica de una compañía de ingeniería (Mitsubishi) en 1927. Su genio pronto es reconocido y se convierte en uno de los más prestigiosos diseñadores aeronáuticos. Film biográfico que recrea con la habitual capacidad onírica y de ensoñación el maestro de la animación japonés Hayao Miyazaki. Estamos ante hechos históricos que marcaron la vida del diseñador e ingeniero aeronáutico Jiro Horikoshi, como el terremoto de Kanto de 1923, la Gran Depresión, la epidemia de tuberculosis y la entrada de Japón en la Segunda Guerra Mundial. El guión de Miyazaqui parte de un cómic (manga) propio que a su vez adapta la novela de Tatsuo Mori. Su obsesión por los aviones y el vuelo ya se transfiguró en una de sus obras maestras titulada Porco Rosso (Kurenai no buta,1992) y siempre ha estado más o menos presente en su magnífica trayectoria que para mi gusto ofrece dos obras maestras indiscutibles más: La princesa Mononoke (Monnoke-hime, 1997) y El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro no kamikakushi, 2001).Cierta tendencia a la sensiblería, muy presente en algunas de sus producciones como Ponyo en el acantilado (Gake no ue no Ponyo, 2008) más dirigidas al público joven e infantil, está más que superada por la elegante puesta en escena, el uso de unos colores y composiciones de una elegante plasticidad que además tienen un poderoso valor expresivo difícilmente superable por otro cineasta, a no ser por otro maestro japonés como Akira Kurosawa. Sus películas y mundos personales nos permiten aproximarnos a algunas de las peculiaridades de la cultura japonesa, a su manera de sentir y de enfrentarse a la vida y la muerte. Con el apoyo de Joe Hisaishi, su habitual colaborador en las bandas sonoras, ha vuelto a ofrecernos un inigualable fresco sobre la historia de un ingeniero iluminado, un artista en realidad, un creador de alados universos que como Miyazaki quiere hacer posible que la imaginación vuele alto, muy alto. Aunque Miyazaki ha declarado recientemente que se jubilaba, deseamos que a sus 73 años esta no sea su última película.   

RS

-Aragonia-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Realmente merece la pena ir a verla.

Luis Betrán dijo...

Me sorprende siempre el entusiasmo que desatan las películas de Miyazaki (aunque no he odiado ninguna, como si me pasa con "Wally" de Pixar). Veamos: un gran director, cierto, y un mal dibujante de las figuras humanas con esos ojitos Heidi o Marco y esas orejas inmensas. A mi, opinión propia, la historia de un diseñador de aviones de combate, francamante me importa una higa. Como si lo fuera de tanques, cañones o misiles. Y nunca, nunca un anime debe sobrepasas los 90 min. como mucho. Film irregular,interesante a ratos y con puntuales momentos deslumbrantes, tedioso en más de 50 minutos, cursi más que poético (oh, el avioncito de papel que mueve sus alitas, oh esa historia de amor da lagrimita tan fácil). Me rindo: jamás he empatizado con el cine de este supuesto "maestro. Lo siento.No entiendo tampoco su "relación con Kurosawa", salvo en el hecho de que ambos podían ser humanistas simplones y de homilía (Vivir). Miyazaki, desde hace años por encima del bien y del mal, puede permitirse cerrar su filmografía con esta seudobiopic tan personal como carente de la más mínima universalidad. En el fondo, tan reaccionaria, patriotera y conservadora como tantas de John Ford en las que "babeaba ante los uniformes".