jueves, 13 de mayo de 2021

El olvido que seremos (2020)***

 Dir: Fernando Trueba

Int: Javier Cámara, Aída Morales, Patricia Tamayo, Juan Pablo Urrego, Sebastián Giraldo, Whit Stillman, Nicolás Reyes Cano, María Tereza Barreto, Laura Londoño, Elizabeth Minotta, Kami Zea, Luciana Echeverry, Camila Zarate, Laura Rodríguez, Luz Myriam Guarin, Gustavo Angarita, Kepa Amuchastegui, Gianina Arana, Adriana Ospina, John Camilo Pinzón, Juan Manuel Aristizabal, Jesús Orlando Cadavid, Maria de las Marcedes Hernandez.


El guion de David Trueba (eficiente guionista y realizador, hermano de Fernando), adapta la novela de carácter 
autobiográfico de Héctor Abad Faciolince, hijo de Héctor Abad Gómez. El film narra de manera íntima la vida de este hombre bueno, médico y activista político, interpretado de manera brillante por Javier Cámara.


Héctor Abad Gómez siempre trabajó por los derechos humanos en el Medellín polarizado y violento de los años 70. 
La historia relata la vida de este doctor, padre de familia preocupado tanto por sus hijos como por los niños de clases menos favorecidas. En su casa se respiraba la vitalidad y la creatividad características de una educación fundamentada en la tolerancia y el amor, pero la situación y el contexto social que los rodeaban no eran fáciles. Los Trueba han apostado por un relato marcado por la intimidad familiar, y en especial por mostrar la relación del padre con su hijo.


La fotografía del colombiano Sergio Iván Castaño (que trabaja algunas secuencias en blanco y negro o en colores 
virados o con buscados desenfoques) y la sólida banda sonora del polaco Zbigniew Preisner (el habitual colaborador del añorado Krzysztof Kieslowski) refuerzan un equilibrado drama, que roza el sentimentalismo sin caer nunca en lo sensiblero, ni huir, por otro lado, de la dureza con la que puede mostrarse la vida.


Creo que este largometraje (de más de dos horas y cuarto) ha vuelto a situar a Trueba entre los grandes. Quizás 
le sobren algunos minutos, pero hay momentos de gran cine, momentos en los que se fusionan a la perfección, el espectáculo visual y la profundidad necesaria de una historia, que nos ha permitido entender la vida de un "hombre bueno", del que se no se muestran sus posibles fisuras, respetando el apasionado retrato que puso su hijo al escribir la novela que inspiró esta película.


Roberto Sánchez.

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