domingo, 19 de enero de 2020

1917 (2019)****

Dir: Sam Mendes
Int: George MacKay, Dean-Charles Chapman, Mark Strong, Richard Madden, Benedict Cumberbatch, Colin Firth, Andrew Scott, Daniel Mays, Adrian Scarborough, Jamie Parker, Nabhaan Rizwan, Justin Edwards, Gerran Howell, Richard McCabe, Robert Maaser, John Hollingworth, Anson Boon, Jonny Lavelle, Michael Jibson, Chris Walley

La crueldad de la guerra en primer plano 

Numerosas son las películas que se han hecho en torno a la guerra y, en concreto, sobre las dos grandes guerras mundiales. Es complejo afirmar si la Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue más terrible y encarnizada que la Segunda (1939-1945), con el nazismo de por medio, pero es indudable que ambas causaron millones de muertos y cambiaron la forma de ver al hombre y su forma de vida en sociedad, tirando por tierra la bonhomía del filósofo Rousseau, para quien el hombre era ese “buen salvaje”, un ser bueno por naturaleza. La historia y evolución del hombre se ha obstinado (y lo sigue haciendo) en demostrar que los habitantes de este castigado planeta llamado tierra son seres violentos y belicosos, capaces de las mayores atrocidades para acumular poder y territorios, aunque para ello tengan que masacrar a sus propios congéneres. 



Sobre la Primera Guerra Mundial, si hay un filme que sea un referente para público y cineastas, no es otro que la ya inmortal Senderos de gloria (Stanley Kubrick, 1957), una obra maestra del séptimo arte que, como todas las grandes obras, ha trascendido en el tiempo conquistando a varias generaciones. En esta y otras muchas películas bélicas, son los altos mandos (coroneles y generales) los que acumulan el protagonismo en las batallas y en las guerras. Hay excepciones, como las excelentes Sin novedad en el frente (Lewis Milestone, 1930) o la durísima Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo, 1971), cintas en las que los soldados de a pie toman el protagonismo para transmitirnos, en primera persona, las atrocidades de la guerra. 

Este es el pilar fundamental en el que se apoya el gran cineasta Sam Mendes, el autor de las excelentes American Beauty (1999) o Camino a la perdición (2002), filmes en los que la crítica social y la violencia eran pilares fundamentales; ya exploró el género bélico en Jarhead-El infierno te espera (2005), un filme que se metía de lleno en la mucho más reciente “Guerra del Golfo”, en el que la violencia y la destrucción creaban escenas apocalípticas.



En 1917, un soldado y un cabo británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman), reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj deberán atravesar el territorio enemigo para entregar en persona un mensaje al general de otro batallón para que suspenda un ataque que resultaría fatal para miles de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake. Con un montaje que logra que todo el filme nos parezca un interminable plano-secuencia (aunque no es un plano-secuencia real), a través de los ojos de estos aterrorizados soldados (Schofield y Blake) asistimos a lo encarnizado y cruel de la guerra en primera línea, en vivo y en directo, con una tremenda verosimilitud y, casi, en tiempo real. 



Sam Mendes y Krysty Wilson-Cairns, han escrito una historia que incide en la vulnerabilidad de las tropas frente a las estrategias asépticas y quirúrgicas de sus mandos, los cadáveres de animales y hombres flotando en los ríos o tirados en el barro, miles de casquillos inundando los campos y las tierras,...envenenándolo todo...Así es la guerra...un veneno, una plaga que acompaña a la humanidad desde el inicio de los tiempos. Uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis, junto con el hambre, la muerte y la peste, que suelen ser sus inseparables compañeros.



1917 es una de esas películas imprescindibles, al igual que lo es la ya citada obra de Kubrick, superior a ésta en calidad cinematográfica. Ambas deberían proyectarse en colegios e institutos, para que los futuros hombres y mujeres de la sociedad vieran en primer plano la guerra en toda su crudeza. Aunque me temo que la violencia y las guerras forman parte de una maldición inherente a la condición humana. Una maldición que persigue el hombre desde el comienzo de su evolución y que le perseguirá hasta su completa aniquilación y extinción como especie.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia. C. Grancasa, Cinemundo (Huesca), Maravillas (Teruel), Palafox, Puerto Venecia, Yelmo- 

1 comentario:

Roberto Sánchez dijo...

Es una buena película, pero quizás su brillante ejecución técnica, no deje ver la superficialidad del argumento y lo poco trabado que está, hasta resultar gratuito. De hecho, la anécdota argumental podría desarrollarse en cinco minutos y aún nos sobraría espacio...Quizás vivamos en unos tiempos tan poco sensibles que haya que montar un espectáculo IMAX (también tiene ese formato, pero sólo para unas pocas salas...) para concienciar a más gente de lo terrible que puede ser una guerra...Bueno, que me parecío brillante en muchos aspectos, pero que sólo le daría tres (***) estrellas en nuestro selecto ranking...