jueves, 2 de marzo de 2017

T2: Trainspotting (2017)***

Dir: Danny Boyle
Int: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner, Kelly Macdonald, Shirley Henderson, Steven Robertson, Anjela Nedyalkova, Irvine Welsh.

Han pasado 20 años desde que Mark Renton (Ewan McGregor) abandonara Escocia, y la heroína. Ahora, Renton vuelve a su Edimburgo natal con el objetivo de rehacer su vida y reencontrarse con sus amigos de toda la vida: David "Spud" Murphy (Ewen Bremmer), y Simon "Sick Boy" Williamson (Jonny Lee Miller); al mismo tiempo que Francis "Franco" Begbie (Robert Carlyle) sale de la prisión con sed de venganza.... Secuela de Trainspotting (1996), basada en Porno, la siguiente novela de Irvine Welsh. Como en la primera, la adaptación es de John Hodge y sus personajes siguen disfrutando del "trainspotting", palabra con un doble sentido que por un lado hace referencia a toda una afición muy británica que consiste en sentarse en una estación y contemplar el paso de los trenes, identificándo los modelos y tipos de trenes o vagones, y por otro, en la jerga de los heroinómanos, tiene que ver con la búsqueda de una vía (una vena) para inyectarse "la mierda", "el jaco"...El recorrido tortuoso, pero hilarante, de nuestros personajes continúa... 

Aquello de que "20 años no son nada", podría parecer cierto para aplicarlo a esta secuela que el mismo Danny Boyle ha dirigido con el desparpajo habitual, pero "los años no pasan en balde" y el estilo que resultaba impactante en los noventa (muy cargado de recursos habituales en la publicidad y el videoclip musical) ya no lo es tanto en el siglo XXI. El contenido de la historia, marcado por las correrías de este grupo de jóvenes heroinómanos escoceses, ha tenido que transformarse en las aventuras y desventuras de unos inadaptados (¿o es justo lo contrario?) con los achaques típicos de la madurez, pero que emocionalmente continúan siendo unos inmaduros, incapaces de enfrentarse a la tozuda realidad. 




No falta el habitual humor negro que destilan las obras de Irvine Welsh, la violencia escatológica y una puesta en escena que, por momentos, resulta brillante. Entre unas cosas y otras, la película con una más que ajustada hora y 34 minutos, resulta bastante entretenida y, además, provocará en más de un espectador que viera en su momento la versión de 1996, hacerse la pregunta de que hemos hecho con nosotros mismos en estos últimos veinte años. 



Aquella sociedad de los noventa que hacia posible la existencia de estos seres descolocados y despreciables pero tremendamente humanos, ¿ha cambiado, o sigue estando en un punto muerto, en el que el neocapitalismo salvaje, la violencia y el sinsentido continúan sin fin...? 

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

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