Dir: Antoine Fuqua
Int: Denzel
Washington,
Chris Pratt , Ethan
Hawke, Vincent
D'Onofrio, Byung-hun Lee,Manuel García-Rulfo, Martin
Sensmeier, Haley Bennett, Peter Sarsgaard, Matt
Bomer, Luke Grimes, Cam Gigandet, Kevin Wayne, Thomas
Blake Jr., Miles Doleac, Jonathan Joss
Los
siete magníficos cabalgan de nuevo
En
la época del Far West, la apacible localidad de Rose Creek queda
bajo el control tiránico del empresario sin escrúpulos Bartholomew
Bogue (Peter Sarsgaard). Una joven viuda (Haley Bennett) que ha visto morir asesinado a su marido
contrata los servicios de Sam Chisolm (un fabuloso, como siempre,
Denzel Washington), un mercenario que irá reclutando un grupo de
hombres hábiles para la lucha con el fin de defender a los
habitantes del pueblo ante los pistoleros del magnate tirano. Entre
ellos, un oriental (Billy Rocks, interpretado por el coreano Byung-hun Lee), un mexicano (Vasquez, interpretado por Manuel García-Rulfo) e incluso un indio apache (Denali, Jonathan Joss). Un grupo
muy heterogéneo que no tienen nada que perder y a los que les une
ciertos valores y ética: el honor, la defensa del débil pero,
también, el afán de venganza.
Vaya
por delante que no soy amigo de la avalancha de remakes, muchos
de ellos sin sentido alguno, que nos invaden en los últimos años.
Bajo esta premisa argumental que coincide en su germen con la de Los
siete samuráis, dirigida en 1954 por el japonés Akira Kurosawa,
Antoine Fuqua compone un filme moderno que conserva toda la esencia
del western, pero con mucha acción y aventura, respetuoso con el
clásico de John Sturges (Los siete magníficos, 1960) y con sus
continuaciones (El regreso de los 7 magníficos, dirigido en 1966 por
Burt Kennedy y La furia de los 7 magníficos, dirigida en 1969 por
Paul Wendkos)..
Respecto a éstas, decir que tanto la segunda parte (que aún contaba
con el liderazgo de Yul Brynner y la música de Elmer Bernstein) como
la tercera, fuero mucho más flojas que el filme primigenio de
Sturges, y, a mi parecer, también inferiores a esta nueva versión
de director de Dia de entrenamiento. Los 7 magníficos de Fuqua
entronca mucho más con el espíritu de Sturges y cuenta con la base
de apoyo de dos grandes estrellas (Washington y Hawke), a los que
acompaña un descarado y divertido Chris Pratt, además de una
excelente partitura del malogrado y recientemente fallecido
compositor James Horner (que, como siempre, introduce para hacer las
delicias de los, ahora sus entristecidos fans, el famoso “ta
ra ra raa”, esas cuatro notas que solía introducir en todas sus
bandas sonoras). Fuqua realiza un filme redondo dotado de
personalidad propia, que hace que no añoremos en ningún momento al
clásico de 1960, y que funciona de maravilla, entreteniendo al
espectador de principio a fin y con una acción que va “in
crescendo” hasta la parte final. Mención también para el malvado,
un repulsivo Peter Sarsgaard que, a pesar de estar bien, queda
apisonado por esa locomotora de la interpretación llamada Denzel
Washington.
Filmes
como Infierno de cobardes (1972) y El jinete pálido (1985), ambos interpretados y dirigidos por el gran Clint Eastwood,
también tendrían elementos en común con este trabajo, pero sobre
todo, hay todo un
homenaje al Grupo salvaje, dirigido por el también maestro Sam
Peckinpah en 1969. En todas ellas, será un elemento exterior el que
aparecerá para impartir justicia y ayudar a un pueblo oprimido por
la violencia y la tiranía de un terrateniente u opresor. Un hombre o
un grupo de mercenarios, de samuráis renegados
y desencantados que ya no tienen nada que perder y que no les importa
morir, portadores de un código ético y de honor propio.
Denzel
Washington está impecable y demuestra que tiene la confianza plena
del director para llevar el peso de la película, pues Fuqua ya contó
con él en la extraordinaria Training day (2001), que supuso un Oscar para
Washington y nominación para Ethan Hawke, y en la también estupenda
y más reciente El protector (The Equalizer, 2014). Tanto en
estos filmes como en El tirador (The Shooter, 2007), Antoine
Fuqua demuestra conocer a la perfección los resortes y claves del
cine de acción y aventura; recursos que aplica también a Los
siete magníficos para dotarla de una espectacularidad que supera
al típico western. Todo ello, repito, sin perder el respeto y la
esencia tanto por el filme de Kurosawa como por el de Sturges.
No
faltan guiños a la actual problemática racial unida a la violencia
policial que sufre Estados Unidos, y que sufren en sus propias carnes
las comunidades negra e hispana.
En
definitiva, si es usted un amante del western, del cine de acción,
del thriller, del cine de aventuras o de todos ellos, seguro que
disfrutará cada minuto de metraje con estos nuevos “7
magníficos”.
Gonzalo
J. Gonzalvo
-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-
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