

Gregorio Belinchón en el diario El País nos cuenta, citando al propio Frémaux, que fueron los primeros en crear gags, en hacer remakes, en cuidar las composiciones con luces y sombras... "Sabían muy bien lo que hacían. En sus trabajos están la primera muestra de cine abstracto o las primeras imágenes deportivas, porque el deporte moderno nace a la vez que el audiovisual". Insiste, citando literalmente a Frémaux, en que "Louis Lumière es el primer director de ficción, preocupado además por la puesta en escena, a pesar de otra leyenda que solo le tilda de documentalista. El regador regado es de junio de 1895...Insuperable. Para mí Louis es Rossellini, Renoir, Pialat o Kechiche, y Méliès, Fellini, Hollywood, Almodóvar, la gente que toma el mundo para reinventarlo. En cambio, Lumière toma el mundo para mostrarlo como es. No es una oposición, sino una complementariedad. Me gusta que la película muestre la inocencia, la generosidad, la forma de ver la vida de los hermanos. Louis es un artista, como se puede ver también en sus fotografías".
(ver https://elpais.com/cultura/2017/10/17/actualidad/1508240806_820124.html)
Recogemos, ya para ir terminando, otra cita literal de Thierry Frémaux: "Louis Lumière no fue sólo el inventor del cinematógrafo, sino también el primer director de la historia. Las casi 1.500 películas que dirigió tienen un alto valor artístico. Son películas con técnica, con trama, con personajes... Casi todo el cine está dentro de esas 1.500 películas. El modo de hacer cine de Lumière se ve en Bresson, en Eisenstein, en Renoir...".
Quién no crea esta aseveración, puede salir de dudas contemplando esta alucinante y brillante película, elaborada con 108 cortometrajes de 50 segundos (aproximadamente), una sinfonía en blanco y negro, que adquiere una dimensión épico-poética al acompañarse de la música de Camille Saint-Saëns, y de los comentarios en off (documentados, apasionados y divertidos, como ya dije al inicio de la crítica) de Frémaux, convertido en todo un creador cinematográfico gracias a la magia del montaje y al maravilloso invento de los Lumière.
Roberto Sánchez
-Aragonia-
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