Int: Michael Caine, Harvey Keitel, Rachel Weisz, Paul Dano, Jane Fonda, Tom Lipinski, Poppy Corby-Tuech, Emilia Jones, Mark Kozelek, Rebecca Calder, Anabel Kutay, Ian Keir Attard, Roly Serrano.

El director napolitano Paolo Sorrentino continúa tras las huellas de Federico Fellini. En La gran belleza (2013), rendía homenaje a la ciudad de Roma, en una línea semejante a La dolce vita (1960) felliniana, ahora el modelo parece estar en Fellini 8½ (1963). En los dos casos, Sorrentino no se ha limitado a copiar, ha demostrado tener un planteamiento estético propio, una mirada personal apasionante, que desde mi punto de vista alcanzó sus cotas más altas en su película de 2013. Si en aquella brilló con luz propia el trabajo de interpretación de Toni Servillo, ahora lo hace Michael Caine, uno de los mejores actores británicos de las últimas décadas, que aprovecha la oportunidad que le brinda el director italiano y recrea a un personaje en plena decadencia personal, con una elegancia difícil de superar.
Sin estar a la altura de La gran belleza, La juventud vuelve a proponernos todo un divertimento estético, no exento de detalles irónicos, sobre la juventud –no podía ser de otro modo–, la muerte, la decadencia, el inexorable paso del tiempo y el arte (el cine, la música, etc...).
Roberto Sánchez
-Cervantes-
No hay comentarios:
Publicar un comentario