El jazz y el cine mantienen un tórrido idilio, pero que se mantiene oculto para la mayoría. El Festival de Jazz de Zaragoza y la Filmoteca de Zaragoza, llevan unos años intentando desvelar esa relación. Recibí el encargo de programar, presentar y debatir sobre las películas que mejor demostraban esa fusión jazz / cine tan atractiva para mi. Esa fue también la intención que tenía mi libro Jazz de película (Doce Robles, 2015).
El miércoles 16 de noviembre, a las 20 horas veremos Jazz en un día de verano (Jazz on a Summer´s Day), documental, ya mítico, dirigido por Bert Stern y Aram Avakian, recogiendo el ambiente y unas cuantas actuaciones del festival de jazz de Newport en 1958.
El jueves 17, a las 20 horas se podrá ver Thelonious Monk: Straight, No Chaser (1988) de Charlotte Zwerin, una prestigiosa documentalista norteamericana que ha tratado temáticas que van de la plástica artística al universo musical del siglo XX, como Gimme Shelter (1970), dirigido junto a Albert y David Maysles, sobre The Rolling Stones, o Horowitz Plays Mozart (1987), junto a Susan Frömke y Albert Maysles, sobre el célebre pianista de música clásica. Y está claro que no podían faltar, en su trayectoria, referencias directas al jazz, como Ella Fitzgerald: Something to Live For (1999), producido por la cadena pública norteamericana PBS sobre la vida de “The First Lady of Song” y, claro, Thelonious Monk: Straight, No Chaser, que tuvo como punto de partida una serie de grabaciones de Christian Blackwood y su hermano Michael, encargados por la televisión pública de Alemania Occidental en 1967 para crear una película especial de una hora sobre Thelonious Monk, los dos hermanos siguieron de cerca a Monk durante seis meses mientras viajaba por Nueva York, Atlanta y Europa.
El viernes 18, a las 22 horas, veremos Cuanto más, ¡mejor!, o mejor, Mo' Better Blues (1990) de Spike Lee. En ella se nos cuenta los hechos y hazañas de un músico de jazz. El trompetista Bleek Gilliam lidera junto al saxofonista Shadow Henderson un quinteto de jazz que actúa en un club de los bajos fondos. Aunque Shadow disfruta de un mayor protagonismo en la banda, a Bleek tampoco le van mal las cosas. Sin embargo, diversos problemas les obligan a tomar delicadas decisiones. Por una parte, Bleek debe salir en defensa del mánager del grupo, que tiene problemas con el juego y que es frecuentemente apaleado por sus acreedores. Por otra, el trompetista debe elegir entre dos mujeres, una maestra de escuela y una cantante, con las que mantiene una relación sentimental paralela. Por si fuera poco, su rivalidad profesional con Shadow amenaza con dividir la banda.
Spike Lee, director y guionista de este filme, que casi siempre ha incluido jazz en sus películas, estableció una vinculación muy especial con Terence Blanchard, un trompetista, compositor y arreglista norteamericano que habitualmente ha sido incluido en el estilo llamado neobop. Blanchard es, precisamente, el responsable de los arreglos musicales de Mo’ Better Blues, en la que contó con Denzel Washington, que era, en ese momento, la más refulgente estrella negra en el ambiente de Hollywood (Bleek Gilliam en el film, de profesión trompetista de jazz). Además, intervienen en papeles importantes Wesley Snipes (Shadow Henderson, saxo), Bill Nunn (Botton Hammer, bajo), Giancarlo Esposito (“Left Hand” Lacey, piano) y Jeff “Tain” Watts (“Rhythm” Jones, batería), aunque solo tocó de verdad este último.
Con su brillante imaginación visual, Spike Lee nos hace sentir de cerca la educación, vida y tribulaciones de un trompetista especialmente virtuoso. Denzel Washington empezaba a consolidarse como uno de los grandes actores de Hollywood, y en su galería de personajes no podía faltar la figura del músico de jazz. Y quizás su modelo, su alter ego, fue Wynton Marsalis, con lo que estaríamos ante otra de esas biografías no reconocidas, en este caso del brillante trompetista de jazz en activo, nacido en Nueva Orleans en 1961.
Roberto Sánchez
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