Durante los días 7 y 8 de agosto de 2015 se celebrará la II Muestra Cinematográfica en la localidad zaragozana de MOYUELA
Este año lo que solamente fue una muestra de cortometrajes, crece y proyecta el día siete el largometraje documental No todo es vigilia, dirigido por Hermes Paralluelo, cuyos absolutos protagonistas son sus abuelos, residentes de la cercana localidad de Muniesa (Teruel).
La muestra de cortometrajes acoge cinco trabajos de diferentes géneros (dos documentales y tres trabajos de ficción), entre los que destacan, por sus numerosos premios ya cosechados el documental de Paula Blesa ¿Cuántos cocodrilos caben en un mes? y el bello trabajo de Javier Macipe Os meninos do rio, recientemente galardonado en el Festival Internacional de Cine de Huesca con el Premio Especial Cacho Pallero.
Todos los realizadores son aragoneses o tienen sus orígenes en una tierra dura y agreste, pero que sigue dando excelentes frutos cinematográficos. Sólo hay que acercarse a Moyuela, para comprobarlo.
Por cierto, todavía están a tiempo de participar en el concurso de videominuto de Moyuela, cuyas bases pueden consultarse en http://moyuela.blogspot.com.es/
Viernes 7 de agosto a las 22 horas.
Largometraje documental:
No todo es vigilia
Sábado 8 de agosto de 2015 desde las 18.30 horas.
MUESTRA DE CORTOMETRAJES
Gira
¿Cuántos cocodrilos caben en un mes?
Salomón
Walkie Talkie
Os Meninos do rio
LARGOMETRAJE DOCUMENTAL:
No todo es vigilia (2014), 98 minutos.
Director: Hermes Paralluelo
Producción ejecutiva: Uriel Wisnia
Guión: Hermes Paralluelo
Fotografía: Julián Elizalde
Intérpretes: Antonio Paralluelo y Felisa Lou.
Felisa es una anciana de 82 años que deambula por los espacios vacíos y fríos de un hospital. Su marido, Antonio, de 84 años, está hospitalizado desde hace días. Felisa está inquieta porque sabe que su marido pidió plaza para una residencia y tiene miedo de que su vida cambie. Ella sólo quiere volver a su casa en Muniesa (Teruel), donde podrá estar tranquila junto a su marido y continuar su vida como siempre ha sido. Por su lado, Antonio, siente una gran responsabilidad de velar por Felisa, le preocupa que ella esté bien cuidada el día en que él ya no esté. Cuando Felisa y Antonio por fin vuelven a casa, encuentran un aviso de los servicios sociales; quizá les han concedido plaza para ir a vivir a la residencia. Ven peligrar su identidad y su independencia. Sienten que tendrán que ceder a otras personas el control de su vida y de su muerte.
HERMES PARALLUELO (El director)
Hermes Paralluelo estudia Dirección de Fotografía en el CECC (Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña). Comienza su carrera trabajando en documentales producidos por Barcelona Televisió en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona. En 2004 se muda a Buenos Aires y tres años más tarde se establece en Córdoba, donde colabora como director con la productora de Cine El Calefón. En 2008 dirige el mediometraje documental Pan de azúcar, seleccionado en diversos festivales, y en 2011 termina su primer largometraje, Yatasto, premiado en Málaga, FICUNAM, FID Marseille, BAFICI y Viennale.
CORTOMETRAJES
Gira (2015), 14 minutos.
Director: José Ángel Guimerá
Guión: José Ángel Guimerá, Roberto Sánchez
Fotografía: Kike Ineva, Javier Torrijos.
Música: Juan Mestanza y Juanma Mestanza (Música), y Helen McEleney (Letra)
Intérpretes: Carolina González, Arturo Alejandre, Carmen Ibáñez, Joaquín Tomás.
En medio de un secarral, dos molinos de viento giran y giran a pesar de no obedecer al propósito para el que fueron creados. Este documental nos cuenta la historia de dos molinos de viento de eje vertical (panémonas) que están instalados en una pequeña extensión de cultivo de secano situada
en la localidad aragonesa de Castelnou (Teruel). Dos molinos hechos a partir de materiales
reciclados, cuya finalidad era la extracción de agua de una acequia para regar a goteo un pequeño campo. Conoceremos esta historia a través del trabajo realizado por un equipo de redacción que va en busca de un reportaje para un programa televisivo.
giraenlared.wordpress.com/blog/
¿Cuántos cocodrilos caben en un mes? (2013), 16 minutos.
Director: Paula Blesa
Guión: Paula Blesa y José María Peguero
Fotografía: Santi Gracia y Jorge Ripa
Música: Toño Armengod
Intérpretes: Alumnos y profesorado del CPEE Gloria Fuertes de Andorra (Teruel).
El documental cuenta con el proceso de elaboración del calendario en serigrafía que durante 27 años se lleva realizando en el CPEE Gloria Fuertes de Andorra, bajo la dirección del profesor de plástica José María Peguero y con la participación de todo el alumnado de la etapa Secundaria y algunos niños y niñas de la etapa Básica.
Salomón (2008), 19 minutos.
Director: Ignacio Lasierra
Guión: Ignacio Lasierra
Fotografía: Francisco Fernández Pardo
Música: Coco Fernández
Intérpretes: Txema Blasco, Baba Guegue, Juan Manuel Chiapella, Emilio Bualé, Bdengue Gaye
Eusebio es un anciano que vive en un pequeño pueblo al que recientemente ha llegado un grupo de subsaharianos que trabajan en la recogida de fruta. Bassir, el más joven de los inmigrantes, se acerca todas las tardes hasta el parque y observa cómo Eusebio y su compañero Joaquín juegan a la petanca. Pero a Eusebio la presencia de Bassir en la pista le incomoda desde hace mucho tiempo…
Walkie Talkie (2012), 15 minutos.
Director: Ruben Pérez Barrena
Guión: Ruben Pérez Barrena
Fotografía: Francisco Fernández Pardo
Intérpretes: Juan Villagrán, Celine Tyll, Marta Larralde.
Un hombre despierta aturdido en un lugar desértico, tiene un fuerte golpe en la cabeza. No sabe quién es ni donde está. Su única compañía son un Land-Rover estropeado y el cadáver de una chica. ¿Dónde y de quién estamos a salvo?
Os meninos do rio (2014), 14 minutos.
Director: Javier Macipe
Guión: Javier Macipe
Fotografía: Javier Cerdá
Intérpretes: Leonardo Duraes, Samira Ramos, Eurico Garcés.
En el barrio de la ribera de Oporto todos los niños demuestran su valor saltando desde el imponente puente Luis I, al río Duero. Leo nunca lo ha hecho, él es diferente, pero empieza a cansarse de que todos piensen que es un cobarde.
Dir: Kornél Mundruczó
Int: Zsófia Psotta, Sándor Zsótér, Lili Horváth, Szabolcs Thuróczy, Lili Monori, Gergely Bánki,
Tamás Polgár, Károly Ascher, Erika Bodnár, Bence Csepeli, János Derzsi
Esta historia elaborada por Kornél Mundruczó, Viktória Petrányi y Kata Wéber nos cuenta como una nueva ley da preferencia a los perros de raza e impone un tributo considerable por las razas cruzadas, aunque este hecho fundamental para comprender el odio hacia algunos perros que tienen los humanos en el film, queda muy mal explicado, pronto empezamos a comprobar como los refugios caninos se llenan con perros que no son de "pura raza" y que han sido abandonados. Lili (Zsófia Psotta), de 13 años, lucha por proteger a su perro, Hagen (dos perros Body y Luke, debidamente acreditados interpretan al can); que tiene, sin duda, un protagonismo quizá mucho más destacado que cualquiera de los personajes humanos que aparecen en el filme. Al final el padre de Lili (un divorciado, para más señas) lo abandona en la calle. Inocentemente Lili cree que el profundo amor que siente por el animal (y que parece correspondido por él) puede conquistar cualquier dificultad, y Lili comienza a buscar a su perro para salvarlo. Por su parte, Hagen lucha por sobrevivir y rápidamente se da cuenta de que no todo el mundo es el mejor amigo del perro. Conoce la violencia más extrema (en las ilegales luchas de perros) y se ve obligado a practicarla. Se une a un grupo de perros errantes, es capturado y enviado a la perrera. En un momento determinado, también pésimamente justificado, Hagen provocará una auténtica rebelión en
ese lugar de encarcelamiento y exterminio; y todos los perros aprovechan para escapar y hacer una revolución violenta contra los seres humanos.
Lo más sorprendente es que Mundruzczó quiere jugar en todos los terrenos. Quiere hacer una película de terror (que en muchos momentos funciona maravillosamente en esa dirección), quiere construir una poderosa metáfora sobre la intolerancia racial (en este caso, todo es tan evidente que da casi vergüenza constatarlo: ¿a quién pueden representar esos perros?) y también lanzar un grito (mejor sería decir ladrido) de esperanza, un mensaje de tolerancia protagonizado por esa niña que espera recuperar a su amigo no humano...
Roberto Sánchez
-Palafox-
Dir: Joaquín Oristrell
Int: Goya Toledo, Marta Etura, Miguel Ángel Muñoz, María Botto, Antonio de la Torre, Raúl Árevalo, Juan Diego Botto, Sergio Peris-Mencheta, Álex García, Petra Martínez, Secun de la Rosa, Melanie Olivares, Nur Al Levi, Estefanía de los Santos, Carmen Balagué, Mercedes Sampietro, Astrid Jones, Dafnis Balduz, Juan Margallo
Compuesta por un total de 20 historias que giran en torno a la palabra y a la comunicación, y que se entrecruzan a lo largo de un recorrido de 400 metros: desde la madrileña plaza de Lavapiés hasta la Sala Mirador. Hablar es un viaje entre el teatro y el cine, rodada en un plano único y en continuidad de 80 minutos y medio kilómetro de recorrido, en el popular barrio de Lavapiés de Madrid. Los personajes hablan, discuten, ríen, lloran, amenazan, susurran, gritan, roban, se citan, se enfadan, se abrazan... y proponen al espectador una reflexión sobre el inmenso poder de la palabra. Hay en Hablar una obsesión constante por demostrar que es posible ir más allá del lenguaje teatral. Cristina Rota y Joaquín Oristrell escogen precisamente un plano secuencia único para demostrar que es cine, sobre todo cine. Sin embargo esas localizaciones del popular barrio madrileño devienen un simple escenario para el lucimiento relativo de veteranos y jóvenes actores ligados estrechamente a la escuela de interpretación que ella regenta (en el seno del CNC, Centro de Nuevos Creadores). La supuesta habilidad, en este caso como guionistas de Oristrell y Rota, para entrelazar las situaciones, resulta dudosa y las interpretaciones son también muy irregulares. No estamos ante un esfuerzo inútil, la película puede verse sin sentirse ofendido, pero desde luego no parece otra cosa, como indica la escena final, que un esfuerzo por promocionar el CNC, con su escuela de actores, teatro (la Sala Mirador de marras), la productora de la misma Cristina Rota y la Fundación.
Habrá que esperar para que el guionista y director catalán Joaquín Oristrell, uno de los más
habituales de la comedia cinematográfica española, desde la época del concurso televisivo Un, dos, tres...responda otra vez (1972-2004), en el que hizo sus primeras armas, vuelva a darnos alguna pequeña joya como Dieta mediterránea (2009).
Roberto Sánchez
-Palafox-
Director: Mikkel Nørgaard
Int: Nikolaj Lie Kaas, Fares Fares, Mikkel Boe Følsgaard, Sonja Richter, Marijana Jankovic,
Søren Pilmark, Troels Lyby, Patricia Schumann, Peter Plaugborg, Rasmus Botoft, Pernille
Lyneborg.
De un tiempo a esta parte la literatura nórdica europea ha irrumpido con éxito en librerías y, posteriormente también, en las salas cinematográficas. Con el malogrado Larsson, como punta de lanza, este tipo de thriller caracterizado por un tono frío y oscuro (como lo son igualmente esas tierras del norte de Europa), se caracteriza por un estilo contenido, lejos de la espectacularidad y pirotecnia a las que nos tienen acostumbrados la mayoría de los directores de cine norteamericanos. En este caso, el título Misericordia, adapta la obra de Jussi Adler-Olsen, escrita para el cine por Nikolaj Arcel, que nos remite, ya desde el inicio, al tema de la redención. La trama argumental se centra en la figura de un inspector de policía de homicidios danés, Carl Mork (Nikolaj Lie Kaas), que debido a la muerte de un compañero en la que se vio implicado accidentalmente por un error cometido, ha sido relegado a un departamento denominado "Q", donde se acumulan casos olvidados en cajas que descansan apiladas entre el polvo y el olvido; casos que duermen allí hasta ser cerrados definitivamente. Mork y su ayudante (otro policía poco favorecido por la suerte, encarnado por el actor de origen sirio Fares Fares), reabrirán uno que, entre varios, suscita un mayor interés para este policía de curtido instinto. Una mujer joven, de cierta notoriedad en los medios llamada Merete Lyngaard (Sonja Richter), desapareció sin dejar rastro en un ferry mientras viajaba con su hermano disminuido psíquico (único posible testigo de lo sucedido). A Mork no le cuadra que haya sido un suicidio o una muerte accidental, y removerá cielo y tierra para hallar la verdad y hacer justicia a través de un tortuoso camino, que emprende hacia la expiación de su propias culpas. Para ello no dudará enfrentarse a sus jefes y compañeros, que no quieren complicaciones, y sólo desean echar tierra al asunto cuanto antes.
Con una estructura sólida, una fotografía oscura y nebulosa, y una tensión narrativa que se mantiene durante todo el filme, Misericordia se erige en un thriller solvente que contiene elementos argumentalmente interesantes a nivel visual y narrativo, y que le dan un indiscutible estilo propio a esta historia de investigación policial. Es muy posible que estemos ante el inicio de una trilogía, como en el caso de Millenium, pues el mismo personaje protagoniza también el filme Fasandræberne (Profanación), ya terminado, pero todavía pendiente de estreno. Además del protagonista, la actriz Sonja Richter destaca por encima del resto del
reparto. Una actriz que ya ha conseguido entrar en el cine norteamericano a través del film The Homesman (2014), compartiendo cartel con actores de la talla de Tommy Lee Jones (también director del filme) o Hilary Swank.
Misericordia, en cuanto a sus referencias, nos recuerda desde un primer momento al Seven
(1995) de David Fincher, y bebe también de Cube (1997) de Vincenzo Natali, en cuanto a la
creación de una atmósfera opresiva. También parece haber tenido en cuenta la interesante serie norteamericana Cold Case (Caso abierto, 2003-2006).
Misericordia... navega por los procelosas aguas de la investigación policial sin alardes, con
una acción en todo momento contenida que, no obstante, mantiene escenarios paralelos obsesivos para ambos protagonistas (policía y víctima), que intentan hallar un significado y una salida a sus respectivas situaciones vitales. Escenarios también opresivos, tanto exterior como interiormente, siendo esta cárcel interior la que más les une a ambos. Prisioneros de un
sentido de culpabilidad que uno asume y el otro, aún ignorándolo, no podrá evitar que termine por influir en su destino.
La fotografía de Eric Kress, contribuye a retratar de forma realista tanto los interiores oscuros y sucios como los ambientes brumosos que impregnan toda la película. Una falta de luz que parece común a la vida gris y apagada de este policía que, sin embargo, no se detendrá ante
nadie ni ante nada. Un detective lacónico, como su gabardina, hermanado con el arquetipo de policía duro y sobrio del cine negro más clásico.
Misericordia... es un film recomendable para amantes del cine y el suspense, y también para seguidores de la novela nórdica de estas características. Un film muy correcto y bien realizado del que deberán huir "palomiteros", "fast furiosos" y otros especímenes parecidos que sólo buscan adrenalina en las salas.
Gonzalo J. Gonzalvo
-Aragonia-
Dir: Colin Trevorrow
Int: Chris Pratt, Bryce Dallas Howard, Ty Simpkins, Nick Robinson, Vincent D’Onofrio, Irrfan Khan, Omar Sy, Jake Johnson, Judy Greer, BD Wong, Katie McGrath, Lauren Lapkus.
Nueva entrega de la saga iniciada por Steven Spielberg. Veintidós años después de lo ocurrido en Jurassic
Park, la isla Nublar ha sido transformada en un parque temático, Jurassic Wold, con versiones "domesticadas" de algunos de los dinosaurios más conocidos. Cuando todo parece ir a la perfección y ser el negocio del siglo, un nuevo dinosaurio de especie todavía desconocida (que pronto sabremos es una mezcla de diferentes fuentes genéticas no necesariamente del Jurásico), resulta ser mucho más inteligente y adaptable de lo que se pensaba. Sin pretenderlo (aparentemente) se ha creado un arma letal para todo el que se encuentre cerca de él.
El bagaje anterior como realizador de cine de Colin Trevorrow, el director y co-guionista de Jurassic World es, en realidad, bastante escaso: un cortometraje (Home Base, 2002), un documental (Reality Show, 2004), una TV Movie (Gary: Under Crisis,2005) y un largometraje (Seguridad no garantizada, 2012). Vamos, que uno no entiende los méritos de este norteamericano, nacido en San francisco en 1976, para que Amblin (Steven Spielberg) deje en sus manos la franquicia de los dinosaurios. Aunque no sea una de las mejores películas de Spielberg, Parque Jurásico (1993) suponía la recuperación de los dinosaurios como base espectacular para recuperar una línea del cine aventurero y fantástico que ha tenido un gran éxito. El propio Spielberg dirigió El mundo perdido (Jurassic Park), en 1997, y quizá ya algo hastiado de los bichos jurásicos dejó en manos de Joe Johnston, Parque Jurásico III (2001). Aunque es cierto que nunca se renegó en la serie de un cierto aire al estilo de los seriales de bajo presupuesto (aunque ahora fueran bastante caras y con efectos especiales de primera), esta última producción ya se ha decantado claramente por la auto-parodia; aunque no sé si lo hace de modo plenamente consciente, o es tan solo la consecuencia de un argumento sin pies ni cabeza, de unos efectos especiales más bien cutres (para una producción de Spielberg), y de unos actores tan despistados que parecían simplemente estar de visita en este parque temático de cartón piedra digitalizado en el que se ha convertido la saga.
La sincera emoción que todos tuvimos en las primeras entregas, al sentir las pisadas del Tiranosaurus Rex, al sentir que los dinosaurios volvían a pisar la Tierra, que volvían a estar en nuestros sueños ya no tiene casi nada que ver con esta especie de espantajo que a pesar de todo parece está logrando llevar de nuevo al público a las salas (el famoso toque de Midas de Spielberg), pero sinceramente no entiendo por qué.
El guión de Colin Trevorrow, Rick Jaffa, Amanda Silver y Mark Protosevich es una acumulación de tópicos, de tonterías sin fin y escenas de acción con dinosaurios digitalizados que enlazadas mediante un ritmo tremebundo consiguen entretenernos con un propósito semejante al que utilizamos con nuestros perros domésticos cuando les tiramos la "pelotita" de marras. Esta película hace lo mismo, nos lanza un torrente de imágenes llamativas y nosotros babeamos y corremos detrás de ellas...Bueno, no todos, espero...
Roberto Sánchez
-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-
Dir: Ernesto Daranas
Int: Armando Valdés Freyre, Alina Rodríguez, Silvia Águila, Yuliet Cruz, Amaly Junco, Armando Miguel Gómez
Cuenta la historia de Chala (Armando Valdés Freyre), un niño de once años cuya vida transcurre en un ambiente de violencia, con una madre adicta a las drogas y al alcohol, y perros de pelea que entrena para sostener su hogar. Este niño, que acude a la escuela sin despojarse de su marginalidad y conflictividad, tiene una relación especial con su maestra Carmela (Alina Rodríguez).
Estamos ante un magnífico filme escrito y dirigido por Ernesto Daranas (es su tercer largometreje), puede que sea todo un testamento de una Cuba a punto de sufrir una profunda transformación. La película funciona como si fuera un perfecto mecanismo dialéctico, un ejemplo de las profundas contradicciones que alberga la revolución cubana. Sorprende, y mucho, que esta película, que hace algo más que sugerir y mostrar los problemas graves que atraviesa el "paraiso" socialista, tenga un sello oficial del Ministerio de Cultura Cubano. Sorprende, pero igualmente se agradece que un cineasta, ciertamente dotado, pueda relatarnos el estado de una sociedad que, como digo, está en plena transformación y todavía no sabemos cuál será su destino. Desde luego ya parece difícil que escape a la tela de araña del capitalismo rampante de Estados Unidos, que ya ha iniciado su "nueva" invasión de la Isla. Esa idea nunca está explicitada, pero algunas de las situaciones familiares de Carmela (la maestra), con su hija en Miami, parece confirmarlo. Ella, una auténtica superviviente de la Revolución, se enfrenta cuando es necesario a la burocratización del sistema educativo, ciego en muchos casos ante las problemáticas reales y cotidianas. Daranas insiste en mostrarnos su especial relación (maternal) con Chala, brillantemente interpretado por el joven Armando Valdés Freyre. Es como si Carmela, a punto de jubilarse y con un corazón en el límite de su resistencia fuera la vieja Cuba revolucionaria y Chala, el incierto futuro de la Isla, símbolos de las profundas contradicciones de un sistema político que ha intentado, y en muchos casos ha logrado, construir justicia e igualdad desde la educación pública, integrar y formar a una población en una situación económica que bordea la más absoluta pobreza y con una diversidad étnica que en otros países ha generado profundas injusticias sociales. Contradicciones de un sistema al margen de la socialdemocracia patrocinada por las multinacionales que, probablemente, cuando se integre en ella (y se globalice como "dios manda") terminará por perder todos sus valores de justicia e igualdad social, logrados trabajando contra viento y marea, durante muchos años de bloqueo salvaje por parte de su poderoso vecino norteamericano que ahora quiere volver a ser "amigo". La película funciona a diferentes niveles. Nada está descuidado. Los nombres de sus personajes y sus peripecias vitales encierran, en algunos casos, metáforas y referencias a la historia de Cuba y de la revolución socialista. Desde Carmela (recuerden la canción popular ¡Ay Carmela!), al ausente y gravemente enfermo personaje de Camilo (deberían repasar la biografía del más popular líder de la revolución cubana que fue Camilo Cienfuegos).
Por otro lado, desde el punto de vista técnico, la fotografía de Alejandro Pérez, el modo en que retrata la depauperada ciudad de La Habana, con una riqueza en el color y los matices insuperable, la magnífica interpretación, sobre todo de los niños, hacen de esta propuesta una muestra del buen estado, a pesar de todas las dificultades económicas y socio-políticas, de la creatividad cubana. Si no estamos ante una obra maestra, es porque, a mi parecer, quizás se habrían podido resolver de un modo más sintético (y sin perder la fuerza de las tesis expuestas) unas lineas narrativas, relativamente simples. En todo caso estamos ante un cine maduro, sensible, y repleto de significados. Una visión dialéctica de la Cuba actual con todas sus luces y sombras..
Roberto Sánchez
-Aragonia-
Dir: Leticia Dolera
Int: Leticia Dolera, Manuel Burque, David Verdaguer, Núria Gago, Carmen Machi, Alexandra Jiménez, Silvia Munt, José Luis García Pérez, Miki Esparbé
La responsable principal de esta película es la catalana Leticia Dolera (nacida en 1981), directora, guionista y actriz principal, en la que es su primera experiencia como realizadora en un largometraje. Su interés en la dirección ya era evidente después de sus cortometrajes Lo siento, te quiero (2009), A o B (2010), Habitantes (2013) y 1001 formas de tomar café (2013). Como actriz, gracias a su participación en algunas series para televisión y papeles como el de Jennifer en El otro lado de la cama (2002), casi su debut, en su Violeta de De tu ventana a la mía (2001), de la aragonesa Paula Ortíz, o la Clara, novia exterminadora de zombis, de [Rec]³: Génesis (2012), podemos hablar de una cineasta joven pero que ya tiene un cierto reconocimiento y fama entre el público y la crítica.
Requisitos para ser una persona normal se nos presenta como una comedia que nos relata la vida de María de las Montañas (Leticia Dolera), una joven de treinta años que quiere ser normal. Todo comienza con su mudanza a pie, y con mucho equipaje, por Barcelona, ya que la han echado del piso. Ella misma nos cuenta con desparpajo y soltura que no había pagado el alquiler en los últimos tres meses. Poco después, María acude a una entrevista de trabajo donde descubre lo que para ella es ser una persona normal, y miente al considerarse como tal, es decir una persona normal y feliz. Desde ese momento se lanza a la búsqueda de la normalidad y la felicidad, descubrimos los libros de autoayuda que también su madre guarda en el domicilio familiar, donde tiene que volver hasta que encuentre una solución a su vida. Es un personaje que arregla sus cuentas con el mundo de una manera un tanto infantil. En los antecedentes que construyen al personaje nos encontramos con el maltrato que su madre (interpretada por Silvia Munt) recibió de su padre, del que dice seguir estando enamorada hasta después de haber muerto. También se nos cuenta una anécdota que provocó su apodo en la escuela (la Samurai) y que resultó bastante grave para uno de sus compañeros. Poco a poco nos va demostrando que "ella no es tonta", sino un personaje peligroso, que arregla las cuentas con los demás como puede y que busca la felicidad. En este relato de carencias emocionales también se van reseñando los logros en su proceso: actividades de moda que ocupan el tiempo a una gran parte de la gente en este siglo XXI, casi todas infantiles, intrascendentes o ridículas. Al final, María consigue su felicidad y abandona los deberes y listas a rellenar de los libros de autoayuda.
Leticia Dolera ha construido un film muy irregular que no termina de funcionar como comedia, y que seguramente se contagia de la mediocridad de la sociedad burguesa actual que retrata con evidente ironía, pero poca o ninguna soltura. El empeño obsesivo de María de la Montaña por ir cumpliendo con los requisitos de la normalidad (trabajo, casa, pareja, vida social, aficiones, vida familiar y ser feliz), subrayado una y otra vez por la realizadora (a la vez guionista y protagonista) en las sobreimpresiones del listado sobre algunas de las escenas, tenemos un indicativo claro de que no le sobraban las ideas de puesta en escena y recurrió a un recurso manido, que quiere mostrarnos, también de modo irónico, su contacto con la modernidad...
Antonia Bordonada
Roberto Sánchez
-Palafox-
Dir: Andy Hamilton y Guy Jenkin
Int: Rosamund Pike, David Tennant, Billy Connolly, Celia Imrie, Emilia Jones, Ben Miller, Amelia Bullmore, Bobby Smalldridge, Alexia Barlier, Imogen Toner, Kirstin Murray.
Una pareja con tres niños decide hacer con ellos un viaje a tierras de Escocia para reunirse con su abuelo paterno Gordie (Billy Connolly), lunático y excéntrico abuelo que luce melena blanca y qué hace muy buenas migas con los pequeños, por cierto, muy inteligentes. Lo que iba a ser una reunión familiar en un periodo vacacional, con preparativos de fiesta de cumpleaños incluidos, se tornará en una situación inesperada para todos.
Presentada el año pasado en la sección oficial de la Seminci de Valladolid, este trabajo viene firmado conjuntamente por los directores Andy Hamilton y Guy Jenkin. Estos cineastas se conocieron en la realización y creación como guionistas de series de televisión británicas en la década de los 90. En 2003, Jenkin hace su primer largo El lenguaje de los sueños, un drama romántico centrado en los años 30 y protagonizado por Jessica Alba, en el que ya explotaba el complicado mundo de los amores y las pasiones.
Tras realizar ambos directores en el año 2007 la serie Outnumbered (trabajo que obtuvo varias nominaciones a los BAFTA británicos en los dos años siguientes), historia que, curiosamente, trataba sobre las dificultades de un matrimonio para criar a sus tres hijos, se lanzarán con base en esta premisa argumental a este Nuestro último verano en Escocia, cuyo título original es What are did on our holiday. Este dato nos sirve ya como pista elocuente para ponernos en la senda de ese fino y negro humor británico que planea sobre toda la historia. Basculando entre la comedia y el drama, Nuestro último verano... transita por la pantalla con una delicadeza y brillantez que se asienta en un tono narrativo general humilde y sencillo que termina por impregnar toda la realización. Con referencias a filmes como Pequeña Miss Sunshine, en cuanto a ese estilo de comedia familiar con humor y fina ironía, Nuestro último verano en Escocia llega hasta el espectador y lo conquista con sencillez y honestidad. Con esa misma naturalidad que emplean esos tres fantásticos actores infantiles que fagocitan en pantalla a sus compañeros adultos (Bobby Smalldridge y en especial las dos niñas interpretadas por Harriet Turnbull y Emilia Jones). El maestro Alfred Hitchcock decía a menudo: "Nunca ruedes con perros, ni con niños, ni con Charles Laughton". Seguro que la estupenda actriz Rosamund Pike (recuérdenla recientemente en el filme Perdida, donde tuvo una brillante actuación) debió recordar más de una vez esta famosa frase durante el rodaje. Aún así esta actriz de presencia elegante cumple con su cometido ante semejantes monstruitos fílmicos.
Nuestro último verano en Escocia, es una comedia muy "british", con tintes agridulces y negros, qué hará las delicias de toda la familia. Lo mejor, además de esos pequeños pero grandísimos actores, el sensacional papel del veterano Billy Connoly y esos fabulosos y bucólicos paisajes de las Highlands y las verdes tierras escocesas . Lo peor, a ciencia cierta, no lo he encontrado. Quizá la historia pueda parecer, aparentemente, demasiado simple, pero escarbando en la superficie encontraremos la profundidad y la rotundidad de la vida en toda su extensión a través de esa galería de personajes. Y es que, la vida, es a la vez así de simple y así de compleja y profunda.
Gonzalo J. Gonzalvo
-Aragonia, Cervantes, Puerto Venecia-
Dir: Roy Andersson
Int: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg, Lotti Törnros, Jonas Gerholm, Ola Stensson, Oscar Salomonsson, Roger Olsen Likvern.
Forma parte de una trilogía, junto a Du Levande (2007) y Canciones del segundo piso (2000). El sueco Roy Andersson es uno de los cineastas más personales de las últimas décadas, más preocupado por la composición de auténticos cuadros/retablos vivientes que, en algunos casos, son capaces de conmovernos hasta las entrañas, pero que tiene como punto de partida una estética minimalista y estática en la que suele irrumpir de modo salvaje lo imprevisible. Sus planteamientos surreales, quizás más deudores de la estética de Magritte que de la Buñuel o Dalí, poseen un poder corrosivo en algunas de sus "composiciones" que resulta memorable. Se nota que ha rodado mucha publicidad y que le gustan pintores dispares pero muy expresivos como Brueghel, o el alemán Otto Dix y que se siente cercano a conceptos como los de la "Nueva objetividad" de la vanguardia alemana de los años veinte. En este largometraje toma como hilo conductor la vida de dos perdedores de entre 50 y 60 años, dos vendedores de artículos de broma que viven en una pecualiar pensión.
La película se inicia con tres absurdos e ilarantes encuentros con la muerte. Aparentemente nada tienen que ver esas situaciones con las andanzas de Jonathan (Holger Andersson) y de Sam (Nils Westblom) que como Don Quijote y Sancho Panza o El Gordo y El Flaco, pero en un momento incierto del presente, intentan vendernos diversión y risa con sus únicos tres artículos de broma. Sam y Jonathan nos conducen por un recorrido caleidoscópico a través del destino del ser humano. Tropiezan con retazos de la historia de Suecia, como la irrupción en el presente (en un pequeño bar) del rey Carlos XII, el llamado Alejandro del Norte, un rey guerrero y con aficiones parecidas a las del legendario macedonio, como ironiza Andersson. Hay dos momentos especialmente impactantes, y están casi al final en un pequeño subcapítulo llamado "Homo sapiens". Los dos son una denuncia clara de lo violentamente absurda que puede ser nuestra especie. No quiero desvelar ni describir esos dos cuadros vivientes (de un total de 39), pero sí que tienen el indudable sello de este extraño y magnífico compositor de imágenes sueco. Les recomiendo fervientemente que recuperen su filmografía y no sólo sus largometrajes (cinco) y documentales (dos) anteriores, también deben fijarse en sus cortometrajes (por ejemplo en Härlig är jorden de 1991), otro de esos cuadros vivientes (este de 16 minutos) que sin duda les hará ponerse a pensar.
Activo desde los años 60 (del siglo XX), casi desconocido en España. su cine difícilmente les dejará indiferentes. Eso sí, abstenerse aquellos que ya tengan inoculado el virus de la "americanitis" y la búsqueda desesperada del entretenimiento vacuo y sin sentido.
R. S.
-Aragonia-
Dir: Brad Bird
Int: Britt Robertson, George Clooney, Hugh Laurie, Raffey Cassidy, Judy Greer, Kathryn Hahn, Lochlyn Munro, Chris Bauer, Tim McGraw, Paul McGillion, Raiden Integra.
El guión de Damon Lindelof (uno de los ideólogos de series como Perdidos/Lost, etc...), Brad Bird y Jeff Jensen tiene poca o ninguna originalidad; no deja de ser un refrito a base de la saga Regreso al futuro, las diferentes adaptaciones sobre La Máquina del tiempo, la novela de H. G. Wells publicada en 1895 , Mundo futuro (1976), Westworld/Almas de metal (1973) de Michael Chrichton, y unas cuantas temáticas del cine fantástico y de ciencia ficción que resultaría ocioso recordar.
Unidos por el mismo destino, una adolescente inteligente y optimista llena de curiosidad científica y un antiguo niño prodigio inventor, hastiado por las desilusiones, se embarcan en una peligrosa misión para desenterrar los secretos de un enigmático lugar localizado en algún lugar del tiempo y el espacio conocido como “Tomorrowland”, y así salvar a la Humanidad.
Brad Bird, un director eficiente que supo dirigir con firmeza los mandos de dos bellas producciones animadas (me refiero a Los increíbles en 2004, y en especial a la magistral Ratatuille de 2007) y no fue tan afortunado con los personajes de carne y hueso (Misión imposible: Protocolo fantasma de 2011); vuelve a intentarlo ahora en una producción tan repleta de trucajes digitales y efectos especiales que casi tiene como mera excusa a sus actores, a veces perdidos entre tanta parafernalia virtual. No debemos olvidar que estamos ante una producción Disney, y que este aspecto condiciona bastante el resultado final, sobre todo en cuanto al tipo de mensajes e ideología marcadamente reaccionaria que suelen destilar sus mensajes, siempre pensando en como sacarle el mayor rendimiento económico a la imaginación infantil y juvenil. Me ha dado mucha pena ver a actores con indudable gancho y capacidad como George Clooney o Hugh Laurie, asumiendo personajes mediocres sin relieves ni matices, haciéndome pensar que también necesitan trabajar no importando la calidad del encargo. Una cosa más, para los españoles la sorpresa será grande al comprobar que muchas de las localizaciones de esa "Tomorrowland", pertenecen a la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, diseñada por Santiago Calatrava y Félix Candela; y que por lo tanto no resultan tan difícil de encontrar, y ni siquiera hay que viajar en el tiempo para localizarla...
R. S.
-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-