Dir: Roy Andersson
Int: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg, Lotti Törnros, Jonas Gerholm, Ola Stensson, Oscar Salomonsson, Roger Olsen Likvern.
Forma parte de una trilogía, junto a Du Levande (2007) y Canciones del segundo piso (2000). El sueco Roy Andersson es uno de los cineastas más personales de las últimas décadas, más preocupado por la composición de auténticos cuadros/retablos vivientes que, en algunos casos, son capaces de conmovernos hasta las entrañas, pero que tiene como punto de partida una estética minimalista y estática en la que suele irrumpir de modo salvaje lo imprevisible. Sus planteamientos surreales, quizás más deudores de la estética de Magritte que de la Buñuel o Dalí, poseen un poder corrosivo en algunas de sus "composiciones" que resulta memorable. Se nota que ha rodado mucha publicidad y que le gustan pintores dispares pero muy expresivos como Brueghel, o el alemán Otto Dix y que se siente cercano a conceptos como los de la "Nueva objetividad" de la vanguardia alemana de los años veinte. En este largometraje toma como hilo conductor la vida de dos perdedores de entre 50 y 60 años, dos vendedores de artículos de broma que viven en una pecualiar pensión.
La película se inicia con tres absurdos e ilarantes encuentros con la muerte. Aparentemente nada tienen que ver esas situaciones con las andanzas de Jonathan (Holger Andersson) y de Sam (Nils Westblom) que como Don Quijote y Sancho Panza o El Gordo y El Flaco, pero en un momento incierto del presente, intentan vendernos diversión y risa con sus únicos tres artículos de broma. Sam y Jonathan nos conducen por un recorrido caleidoscópico a través del destino del ser humano. Tropiezan con retazos de la historia de Suecia, como la irrupción en el presente (en un pequeño bar) del rey Carlos XII, el llamado Alejandro del Norte, un rey guerrero y con aficiones parecidas a las del legendario macedonio, como ironiza Andersson. Hay dos momentos especialmente impactantes, y están casi al final en un pequeño subcapítulo llamado "Homo sapiens". Los dos son una denuncia clara de lo violentamente absurda que puede ser nuestra especie. No quiero desvelar ni describir esos dos cuadros vivientes (de un total de 39), pero sí que tienen el indudable sello de este extraño y magnífico compositor de imágenes sueco. Les recomiendo fervientemente que recuperen su filmografía y no sólo sus largometrajes (cinco) y documentales (dos) anteriores, también deben fijarse en sus cortometrajes (por ejemplo en Härlig är jorden de 1991), otro de esos cuadros vivientes (este de 16 minutos) que sin duda les hará ponerse a pensar.
Activo desde los años 60 (del siglo XX), casi desconocido en España. su cine difícilmente les dejará indiferentes. Eso sí, abstenerse aquellos que ya tengan inoculado el virus de la "americanitis" y la búsqueda desesperada del entretenimiento vacuo y sin sentido.
R. S.
-Aragonia-
Hola Roberto
ResponderEliminarPara mí siempre han sido muy interesantes tus conocimientos sobre el cine (aún recuerdo el programa radiofónico "hollywood boulevard"). Si piensas que tan bueno es éste realizador, voy directo a la "mula" dado que sólo hay disponible un título en dvd.
Enhorabuena por éste blog. La tertulia de "en clave de cine" de ztv también la sigo con gran placer. Es un oasis entre tanta basura.
Gracias