jueves, 21 de noviembre de 2024

Anora (2024)****

 Dir: Sean Baker

Int: Mikey Madison, Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yuriy Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, Ivy Wolk, Lindsey Normington, Ross Brodar, Paul Weissman, Luna Sofía Miranda, Charlton Lamar, Masha Zhak, Darya Ekamasova, Emily Weider, Alena Gurevich


Sean Baker regresa a los cines, de manera brillante, con
Anora.

He de declarar, vaya por delante, que Sean Baker es uno de los cineastas norteamericanos (que además es el guionista de todas sus películas) que me parecen más interesantes dentro del panorama actual. 

Nacido en 1971 en Nueva York, tiene una sólida base como escritor y ha ejercido también como productor, y a él se le deben filmes tan interesantes como Tangerine (2015), The Florida Project (2017), la iconoclata y deliciosa Red Rocket (2021), filme que me encanta excepto por su mensaje final excesivamente moralista, algo muy típico, por otra parte, pues esto ya ocurría con el American Gigolo (1980) de Paul Schrader y con tantos otros filmes USA que han tratado el tema de la prostitución. A pesar de ello, con Anora, Baker toma distancia y logra un filme aún mucho más redondo que con Red Rocket, logrando superar cualquier tipo de condicionante moral y, dejando al espectador quien juzgue, según su propia ética, lo que Baker nos va narrando a través de la gran pantalla.


¿Y qué es lo que nos cuenta el cineasta neoyorquino en este excelente largometraje? En principio, 
podríamos simplificar que recurre a la historia universal de “chico busca chica” o viceversa, pero este concepto, en manos de Baker, evolucionará de forma diabólica mediante una trama que mezcla de manera brillante la comedia y el drama social y que, además, no está exenta de cierta crítica social, aunque no sea esa la finalidad principal del filme. 


En Anora, conocemos la historia de Ani (Anora), una joven prostituta de Brooklyn que tiene la 
oportunidad de vivir una historia de cuento de hadas cuando conoce e impulsivamente se casa con el joven hijo de un oligarca ruso. Cuando la noticia llega a Rusia, su sueño de salir de su situación, y su ambiente social se ve amenazado, ya que los padres parten hacia Nueva York para intentar revertir una situación que consideran inaceptable.



Baker nos sumerge y consigue interesarnos en esta historia de una joven mujer “perdedora” pero luchadora, que contrasta con el joven alocado e irresponsable del que se “enamora” y al que ve, al mismo tiempo, como un pasaporte a una vida de protección y lujos que ella cree merecer. 

Como en todo buen filme noir, y Anora también lo es, sobre todo en cuanto a su concepción del personaje principal: una extraordinaria Mikey Madison a la que pudimos ver en Erase una vez en Hollywood (2019) de Tarantino y también en el último Scream (Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, 2022) y que “se come la pantalla” atrapando e hipnotizando al espectador en cada plano. Yo procuro siempre que es posible, ver los estrenos en V.O.S.E, y he de decir que el trabajo de la joven Madison aquí es verdaderamente sobresaliente, y sobre ella pivota todo el peso de la historia.



Anora es una joya poco frecuente, uno de esos trabajos de cine independiente norteamericano que cada vez se prodigan menos, y que se deben a un reducido grupo de cineastas como Chloé Zhao, Sarah Friedland, Tracie Laymon, Carson Lund o Tyler Taormina, además del propio Baker. 

En el reparto, la réplica a Madison la da con solvencia el joven actor Mark Eydelshteyn., arropados ambos por un buen elenco de secundarios que funciona a la perfección, formado por Karren Karagulian, Yuriy Borisov, Vache Tovmasyan, etc.

Anora es, en el fondo, una nueva versión de La Cenicienta de Perrault, una Cenicienta que también tiene algo de Caperucita, y que no espera encontrarse con un “lobo” al que ella cree un corderito manejable. Por eso funciona tan bien, porque combina  la solidez de una gran obra con un personaje inmortal y un cierto clasicismo, sin perder un ápice de su modernidad. 

Así que si les gustó Red Rocket y/o alguno de los grandes trabajos de Sean Baker que he nombrado anteriormente, no pueden perderse este Anora. Una obra, sin duda, que homenajea a la gran Ninotchka (1939) de Ernst Lubitsch, historia con la que mantiene, salvando las distancias, cierto paralelismo conceptual en cuanto al personaje femenino.

Anora es una obra tan moderna, como clásica e inmortal y, sin duda, irá ganando pátina con el tiempo. Una nueva "Pretty Woman" (la película la dirigió Garry Marshall en 1990, con los inolvidables Julia Roberts y Richard Gere) evolucionada y empoderada, retrato de la llamada “generación de cristal”, y que de frágil, en este caso, tiene más bien poco.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Jurado Nº 2 (2024)****

 Dir: Clint Eastwood

Int: Nicholas Hoult, Toni Collette, J.K. Simmons, Kiefer Sutherland, Chris Messina, Zoey Deutch, Cedric Yarbrough, Gabriel Basso, Leslie Bibb, Megan Mieduch, Adrienne C. Moore, Drew Scheid, Hedy Nasser, Phil Biedron, Bria Brimmer, Amy Aquino, Francesca Eastwood, KateLynn E. Newberry, Rebecca Koon, Jason Coviello, Chikako Fukuyama.



Una nueva obra del incombustible maestro Eastwood

A estas alturas, quien no conoce a Clint Eastwood. Una de las pocas estrellas que quedan vivas de la época dorada del cine y que comenzó a trabajar, como actor, en dos filmes del género fantástico dirigidos por el gran cineasta Jack Arnold (al que tuve la suerte de conocer en persona en el Festival de Sitges de 1986 con motivo de la restauración y proyección de El increíble hombre menguante de 1957). 


Tras haber trabajado en dicha década a las ordenes de grandes directores como Douglas sirk, Arthur Lubin 
o William A. Wellman, fue en la década de los sesenta del pasado siglo XX cuando Eastwood rompe moldes en el western de la mano de Sergio Leone, otro gran director del que sin duda aprendió mucho, para protagonizar la llamada “Trilogía del dólar” (Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo, respectivamente de  1964, 1965 y 1966). A partir de ahí, ya convertido en una estrella del celuloide, el bueno de Clint reinará en la década de los 70 de la mano de otro de sus personajes emblemáticos como actor: el detective Harry Callahan de la saga de películas de “Harry el Sucio”. A comienzos de dicha década se lanza por vez primera con un filme que siempre me ha gustado, y en el que ya apuntaba maneras de gran cineasta apasionado por el jazz, y me refiero a Escalofrío en la noche (1971). 


En los años setenta y ochenta alterna el western con el trhiller desde esa fecha, logrando títulos de 
calidad como Infierno de cobardes (1973), El jinete pálido (1985) o Bird (1988), biopic sobre la vida y la música del gran saxofonista Charlie Parker, sin duda una pequeña joya dentro de su filmografía como cineasta. Con Sin perdón (1992) comienza un Clint Eastwood que, a esta obra maestra, va a añadir otros títulos memorables como Los puentes de Madison (1995), Mystic River (2003), Million Dolar Baby (2004) o Gran Torino (2008) o El intercambio (2008). En la segunda década del actual siglo, Eastwood, además de actuar, mantiene un nivel excelente en varias obras más, demostrando una capacidad de trabajo inagotable y prolífica, a pesar de su ya avanzada edad. Fruto de ese trabajo ven la luz títulos como El francotirador (2014), Sully (2016), Mula (2018) o Richard Jewell (2019).


Actualmente, a sus 94 años de edad, Clint Eastwood, nos entrega la que, quizá -ojalá no-, sea su última 
gran obra. No tan redonda y maestra como las que he nombrado anteriormente, pero sin duda, de una gran calidad y muy por encima de la media actual.



En Jurado Nº 2, Eastwood nos narra la historia de Justin Kemp, un joven que va a ser padre de familia por vez primera. Mientras forma parte de un jurado en un juicio por asesinato, se encuentra luchando con un serio dilema moral que podría utilizar para influir en el veredicto del jurado y potencialmente condenar o liberar al asesino acusado. 

En Jurado Nº 2, apoyado en un sólido guion de Jonathan Abrams y la banda sonora de Mark Mancina, Eastwood desarrolla un drama judicial en el que están presentes sus grandes temas y dilemas morales de siempre: El sentimiento de culpa, la redención, el perdón y el castigo.



En el reparto, un convincente Nicholas Hoult, interpreta a ese joven esposo y futuro padre que se debate entre hacer lo correcto o escapar de una situación que le viene grande y que puede afectar a su vida y la de su familia con terribles consecuencias. Pero la verdadera estrella del reparto a nivel de fuerza interpretativa reside en la extraordinaria Toni Collette. La veterana actriz australiana, que acumula multitud de premios y nominaciones, es una de mis favoritas. Una todoterreno que ya se merece el Oscar a la mejor actriz y que, con este Jurado Nº 2 es posible que lo consiga. También muy bien J.K Simmons, en un papel breve pero de vital importancia en la historia.



Jurado Nº 2 tiene coincidencias y bebe de algunos grandes títulos que Eastwood, como gran cinéfilo además de cineasta, es seguro que homenajea en esta historia. Y me refiero a Muerte de un ciclista (1955) de nuestro gran director Juan Antonio Bardem, pero sin duda, Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), es la que más ha influido en su estructura y entramado de suspense.



Con todos estos mimbres, con una dirección impecable y un proceso narrativo que engancha y no deja respiro al espectador, Clint Eastwood vuelve a revelarse como uno de los grandes directores clásicos que nos quedan a los buenos aficionados. Ojalá, no sea su última película, pero si lo fuera, sería un gran testamento cinematográfico de una figura ya legendaria del cine, que ha triunfado por su gran talento, no sólo como intérprete, sino como cineasta, productor y compositor. 

Si son seguidores de la carrera de esta, repito, leyenda viva del cine, no pueden dejar de acudir a las salas de cine para disfrutar de este último trabajo de Clint Eastwood. Su calidad y extraordinaria trayectoria, sin duda, lo merecen. Un maestro que, aunque un día nos deje, nunca morirá, porque su legado cinematográfico es tan grande que, sin duda, vivirá siempre en todas las personas que amamos el cine y lo consideramos: un Arte.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine

lunes, 4 de noviembre de 2024

Strange Darling (2023)***

 Dir: J.T. Mollner


Int: Willa Fitzgerald, Kyle Gallner, Madisen Beaty, Barbara Hershey, Ed Begley Jr., Steven Michael Quezada, Bianca A. Santos, Eugenia Kuzmina, Denise Grayson, Duke Mollner, Sheri Foster.

El cazador cazado.

Me ha gustado bastante a pesar de que, como cinéfilo y crítico de larga trayectoria y con un “callo” visual ya considerable por haber visto mucho cine, pienso que va a ser muy difícil que un filme me sorprenda como antaño; máxime cuando, además, en el último cuarto del siglo XX, primaba el riesgo y la autoría de los cineastas sobre la comercialidad. Sin embargo, a veces uno se encuentra una “rara avis” dentro de una sala de proyección. Y es lo que me ha ocurrido con este Strange Darling, un filme híbrido que transita entre el thriller y el género de terror, con una historia poco convencional, dura e impactante.


Nominada a Mejor Película en el último Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges y ganadora a la 
Mejor Fotografía (sin duda, uno de los puntales del filme), Strange Darling, con guion y dirección del casi novel J.T. Mollner (que debutó en el largometraje en 2016 con el western Ángeles y forajidos), nos introduce desde el primer fotograma en una historia de cazadores. Pero no de cualesquiera, sino de cazadores de seres humanos. En la primera secuencia aparece una mujer que huye perseguida por un depredador implacable (interpretado con solvencia por Kyle Gallner, actor de amplia filmografía con varias apariciones en filmes de género como el último Scream o Smile 1 y 2). 


A partir de ahí, el filme se vale de diversos recursos (como los puntos de vista narrativos de uno y otro 
protagonista), para jugar con el espectador, despistarlo y sorprenderlo con giros inesperados. Ahí es donde reside, para mí, el mayor mérito de Stranger Darling. Dentro de un género (el del terror especialmente), en el que durante ya bastante tiempo se vive de remakes de grandes títulos del pasado (El exorcista, La profecía, etc.), y en el que la falta de originalidad y el cine de género palomitero y puramente comercial (dirigido sobre todo a público adolescente) suelen dominar la programación de las salas, es de agradecer propuestas diferentes y arriesgadas como esta que, prestando atención también al público adulto, consiguen enganchar al espectador e introducirlo sabiamente en una espiral de pesadilla en la que no faltan tampoco guiños cinéfilos (recordemos a esa mujer corriendo ensangrentada en esa inolvidable secuencia final de la sublime La matanza de Texas de Tobe Hooper, icono ya de la historia del cine de terror.


J. T. Mollner, no ha construido una obra maestra, pero sí una película con una atmósfera malsana y viciosa, 
en la que el peligro es como un aroma perenne y ponzoñoso que envuelve al espectador hasta el final. Para 2025 está ya previsto el estreno de La larga marcha (The Long Walk), filme en el que, como guionista, ha adaptado la homónima novela de Stephen King, el indiscutible rey de la novela de terror.


Además de la excelente fotografía de Giovanni Ribisi, el filme cuenta con una acertado reparto, 
especialmente en la parte femenina, con una extraordinaria y sorprendente Willa Fitzgerald; hermosa y joven actriz que, en el género de terror, ya tenía en su haber las series Scream (2015) y La caída de la casa Usher (2023). Willa se come la pantalla con su mirada turbia, peligrosa e imprevisible, y sabe componer uno de esos personajes que saben moverse, como nadie, caminando sobre la cuerda floja que separa, con una leve y difusa frontera, la realidad y los mundos de pesadilla y de maldad. 

No es Strange Darling una película para todos los paladares. Pero, a buen seguro, los amantes del buen thriller combinado éste con dosis de terror, sabrán disfrutarlo de principio a fin. Con Strange Darling el celuloide se convierte en un cóctel de adrenalina del que el espectador/a no podrá escapar. Así que, al igual que corre la protagonista, corre a las salas de cine para non perderte esta aventura tan peligrosa como visualmente adictiva.

GONZALO J. GONZALVO

Escritor y Crítico de Cine