lunes, 22 de octubre de 2018

Climax (2018)**

Dir: Gaspar Noé
Int: Sofia Boutella, Romain Guillermic, Souheila Yacoub, Kiddy Smile, Claude Gajan Maull, Giselle Palmer, Taylor Kastle, Thea Carla Schott, Sharleen Temple, Lea Vlamos, Alaia Alsafir, Kendall Mugler, Lakdhar Dridi, Adrien Sissoko, Mamadou Bathily. 

A Gaspar Noé (nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1963) le gusta la provocación y la polémica. Sus apuestas cinematográficas casi siempre escogen caminos complejos y temas tratados desde su vertiente más desagradable. Ha desarrollado su carrera profesional en Francia y su película Irreversible (2002), causó no pocos rechazos por la larga y difícilmente soportable escena de una violación (protagonizada por Monica Bellucci). Enter the Void (2009) y Love (2015), sus dos siguientes largometrajes, sin ser tan polémicos han despertado entre la crítica y el público más de una controversia. Para calificar su obra parecen ser igualmente válidos terminos como experimentación, cine primario y burdo, o cine sensible y delicado. Ahora con Climax, de nuevo, ha provocado más de una polémica, con numerosas deserciones entre sus espectadores, aunque en el Festival de Sitges (2018) ha logrado recientemente ser la ganadora del Premio a la Mejor Película.



De nuevo ha logrado provocar variados comentarios con su personal visión y reconstrucción de lo que fue un suceso real. A mediados de los años noventa, veinte jóvenes bailarines de danza urbana que se habían reunido para unas jornadas de tres días de ensayos en un internado en desuso situado en el corazón de un bosque, hacen su último baile común y luego festejan una última fiesta de celebración alrededor de una gran fuente de sangría. Pronto, la atmósfera se vuelve eléctrica y una extraña locura los atrapará toda la noche. Les parece obvio que han sido drogados, pero no saben por quién o por qué.



La situación caótica en la que se ven envueltos estos personajes le permite a Noé poner en funcionamiento toda una batería de recursos efectistas: iniciar el filme por la secuencia final y por los "créditos finales", utilizar unas grabaciones en vídeo del supuesto casting de los bailarines y así presentarnos a la variopinta galería de personajes con un punto de vista "televisivo" y confesional, insertar textos más o menos explicativos de algunas situaciones, invertir el punto de vista de la cámara, marearnos con ciertos desplazamientos de cámara  y apostar siempre por una grandilocuencia expresionista tenga sentido o no para la lógica de la narración.



Lo importante para Noé es transmitir el mareo, dejar que nos identifiquemos con la afloración de los más bajos instintos en un grupo de personas arrastradas por el frenesí, por la locura inducida por las drogas. 

A Gaspar Noé, casi siempre muy cuidadoso y aplicando a sus imágenes una cierta idea de lo verosímil, ha querido deslizarnos hacia la locura y el descontrol, afectando de manera demasiado evidente (y poco o nada original) a una puesta en escena deslabazada, rota y en la que los actores parecen tan desorientados como sus personajes después de ingerir el brebaje-sangria.



No es imposible de soportar (aunque las últimas secuencias decidídamente están concebidas para marear al espectador), así que aquellos que ya hayan visto alguna de sus películas y no se hayan sentido escandalizados, deberían volver a intentarlo. Los más pusilánimes deberían abstenerse. 
A mi, me ha gustado mucho menos que la dura e impactante Irreversible, aquí creo que hay "mucho ruido y pocas nueces". 

Roberto Sánchez

-Aragonia- 

1 comentario:

  1. "Irreversible" contenía esa durísima y larga escena con Mónica Bellucci que, con otra actriz, quizá no hubiese dado tanto bombo y morbo a la película, pero en conjunto me pareció una cinta bastante potable. Visto tu artículo sobre "Clímax", creo que me abstendrede verla para concentrar mi inyeres en otros títulos, como la última china edtrenada.

    ResponderEliminar

Danos tu opinión: