Dir: Clint Eastwood
Int: Nicholas Hoult, Toni Collette, J.K. Simmons, Kiefer Sutherland, Chris Messina, Zoey Deutch, Cedric Yarbrough, Gabriel Basso, Leslie Bibb, Megan Mieduch, Adrienne C. Moore, Drew Scheid, Hedy Nasser, Phil Biedron, Bria Brimmer, Amy Aquino, Francesca Eastwood, KateLynn E. Newberry, Rebecca Koon, Jason Coviello, Chikako Fukuyama.
Una nueva obra del incombustible maestro Eastwood
A estas alturas, quien no conoce a Clint Eastwood. Una de las pocas estrellas que quedan vivas de la época dorada del cine y que comenzó a trabajar, como actor, en dos filmes del género fantástico dirigidos por el gran cineasta Jack Arnold (al que tuve la suerte de conocer en persona en el Festival de Sitges de 1986 con motivo de la restauración y proyección de El increíble hombre menguante de 1957).
En Jurado Nº 2, Eastwood nos narra la historia de Justin Kemp, un joven que va a ser padre de familia por vez primera. Mientras forma parte de un jurado en un juicio por asesinato, se encuentra luchando con un serio dilema moral que podría utilizar para influir en el veredicto del jurado y potencialmente condenar o liberar al asesino acusado.
En Jurado Nº 2, apoyado en un sólido guion de Jonathan Abrams y la banda sonora de Mark Mancina, Eastwood desarrolla un drama judicial en el que están presentes sus grandes temas y dilemas morales de siempre: El sentimiento de culpa, la redención, el perdón y el castigo.
En el reparto, un convincente Nicholas Hoult, interpreta a ese joven esposo y futuro padre que se debate entre hacer lo correcto o escapar de una situación que le viene grande y que puede afectar a su vida y la de su familia con terribles consecuencias. Pero la verdadera estrella del reparto a nivel de fuerza interpretativa reside en la extraordinaria Toni Collette. La veterana actriz australiana, que acumula multitud de premios y nominaciones, es una de mis favoritas. Una todoterreno que ya se merece el Oscar a la mejor actriz y que, con este Jurado Nº 2 es posible que lo consiga. También muy bien J.K Simmons, en un papel breve pero de vital importancia en la historia.
Jurado Nº 2 tiene coincidencias y bebe de algunos grandes títulos que Eastwood, como gran cinéfilo además de cineasta, es seguro que homenajea en esta historia. Y me refiero a Muerte de un ciclista (1955) de nuestro gran director Juan Antonio Bardem, pero sin duda, Doce hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), es la que más ha influido en su estructura y entramado de suspense.
Con todos estos mimbres, con una dirección impecable y un proceso narrativo que engancha y no deja respiro al espectador, Clint Eastwood vuelve a revelarse como uno de los grandes directores clásicos que nos quedan a los buenos aficionados. Ojalá, no sea su última película, pero si lo fuera, sería un gran testamento cinematográfico de una figura ya legendaria del cine, que ha triunfado por su gran talento, no sólo como intérprete, sino como cineasta, productor y compositor.
Si son seguidores de la carrera de esta, repito, leyenda viva del cine, no pueden dejar de acudir a las salas de cine para disfrutar de este último trabajo de Clint Eastwood. Su calidad y extraordinaria trayectoria, sin duda, lo merecen. Un maestro que, aunque un día nos deje, nunca morirá, porque su legado cinematográfico es tan grande que, sin duda, vivirá siempre en todas las personas que amamos el cine y lo consideramos: un Arte.
GONZALO J. GONZALVO
Escritor y Crítico de Cine