jueves, 13 de octubre de 2016

Jota de Saura (2016)***

Dir: Carlos Saura

Int: Sara Baras, Ara Malikian, Giovanni Sollima, Miguel Ángel Remiro, Valeriano “Nani” Paños Segao, Amador Castilla, David Lagos, Carmen París, María Mazzotta, Israel Fernández, Nacho del Río, Manuel Adamo, Miguel Ángel Berna, Enrike Solinis, Francesco Loccisano, Laura Tajada, Carlos Núñez. 


El propio Saura, presentando su película, ha dejado claro que era su visión personal de la jota, ese baile y canto que define Aragón, pero que no le pertenece en exclusiva. En otros lugares de España, de Europa y del Mundo se ha reinterpretado, incluso se ha modernizado y fusionado con otras danzas y formas musicales. Esta película no es para los puristas, cómo no lo fueron sus memorables visiones sobre el flamenco, el fado o el folclore argentino. Esta película es el necesario homenaje que el maestro Saura rinde a un estilo musical que remite a sus orígenes y es, además, una oportunidad para muchos de los músicos, danzarines y creadores aragoneses que han formado parte de esta nueva aportación al género musical reinventado por Saura a partir de Bodas de sangre (1981), todo un modo de penetrar en la danza y la música, haciendo partícipe a la cámara, la iluminación y al montaje de una suerte de coreografía que vibra y que respira al unísono con sus intérpretes. 

La pasión de Saura por la música posiblemente nació en su infancia (algo influyó el oficio de su madre pianista), incluso, como el mismo confiesa, intentó dedicarse a la danza, pero parece que afortunadamente su torpeza en esa disciplina nos permitió ganar a uno de los mejores cineastas que ha dado Aragón y España.



La dirección artística del propio Carlos Saura, la fotografía de Paco Belda, el montaje de Carlos Saura Medrano, y las actuaciones, entre otros, de Sara Baras, Ara Malikian, Giovanni Sollima, Miguel Ángel Remiro, Valeriano “Nani” Paños Segao, Amador Castilla, David Lagos, Carmen París, María Mazzotta, Israel Fernández, Nacho del Río, Manuel Adamo, Miguel Ángel Berna, Enrike Solinis, Francesco Loccisano, Laura Tajada o Carlos Núñez, han dado como resultado otra apreciable aportación al género musical, en la personal versión de Carlos Saura. Un estilo y una forma de hacer que siempre ha tenido en España una dudosa aceptación, pero que generalmente siempre ha sido muy bien aceptado fuera de nuestras fronteras.



Carlos Saura y los números musicales por él escogidos ejemplifican su visión amplia, marcada por la fusión y la mezcla, como ya ocurriera con el flamenco, y en la que caben reinterpretaciones desde la música popular gallega, italiana, andaluza, desde el jazz (Carmen París), y desde la clásica (magnífico Ara Malikian interpretando una pieza de Sarasate). 

Hay, además, sentidos homenajes a José Antonio Labordeta, con imágenes de archivo de la Guerra Civil y a la figura de Goya, reutilizando imágenes de su película Goya en Burdeos (1999). En los dos casos, y aunque hay auténtica emoción en su concepción y resultados, el encaje con el resto de números musicales es muy discutible. Precisamente en la libertad alcanzada por Saura en sus últimas apuestas musicales, abandonando por completo cualquier anécdota argumental, está el mayor problema de esta película que de todos modos puede disfrutarse a poco que te sientas atraído por la buena música y la danza. 



En el apartado más estricto de la coreografía hay que decir que el mayor responsable ha sido Miguel Ángel Berna, otro arriesgado creador que ha fusionado con maestría la jota, el flamenco, el ballet clásico y la danza contemporánea. De hecho, uno de los momentos más memorables de la película se produce en el “enfrentamiento” entre Sara Baras y el mismo Berna, que interpretan en paralelo una jota, fusionándose a la perfección con el flamenco, y logrando una magia muy especial, repleta de buen gusto y sensibilidad. 

En Aragón, precisamente, es posible que Saura siga siendo un tanto incomprendido después de esta interpretación tan peculiar, pero hay que decir que nos faltaba su visión sobre La Jota, y que se ha mantenido fiel a sus criterios artísticos. Quizás no sea la mejor película musical de Saura, pero de ningún modo deberían dejar de verla y de sentirla...

Roberto Sánchez.


-Aragonia, Cervantes-

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